23 Epístolas de Juan
Por Arturo Pérez
Por Arturo Pérez
Tema 23. Epístolas Universales del Apóstol Juan
Introducción
La
tradición reconoce al apóstol Juan la autoría del cuarto evangelio (Evangelio
según Juan), el Apocalipsis, y las tres cartas que llevan su nombre, clasificadas
dentro de las epístolas generales o universales.
El título[1]
de cada una de estas epístolas siempre han sido “1 Juan”, “2 Juan”, “3 Juan”.
Primera de Juan es la primera y más larga carta de la serie de 3 epístolas que
llevan el nombre del Apóstol Juan. Como la carta no identifica ninguna iglesia
específica, o localidad, o individuo a quien Juan envió esta carta, se ha
clasificado como una “epístola universal” o “general”. En el caso de 2 Juan fue
enviada a la iglesia y sus miembros (en sentido figurado ya que dice “a la
señora elegida y a sus hijos”); y en el caso de 3 de Juan, es enviada a un
individuo llamado Gayo, lo cual ampliaremos más adelante.
Trasfondo
histórico de las cartas de Juan
Aunque
Juan era un anciano avanzado en edad al momento de escribir estas epístolas, él
estaba ministrando activamente a las iglesias. El era el único apóstol
sobreviviente que estuvo íntimamente cerca de Jesús a lo largo de Su ministerio
terrenal, muerte, resurrección y ascensión. Los Padres de la Iglesia (por
ejemplo, Justino Martir, Ireneo, Clemente de Alejandría, Eusebio) indican que
después de ese tiempo, Juan vivió en Efeso en Asia, llevando un intenso
programa evangelístico, supervisando las tantas iglesias que se habían
levantado, y conduciendo un ministerio escrito (por ejemplo, El Evangelio de
Juan, y el Apocalipsis). Papías, uno de los Padres de la Iglesia, tuvo contacto
directo con Juan, y lo describe como alguien con una “firme y viva voz”. Como
ultimo apóstol que era, el testimonio de Juan era de reverente e incuestionable
autoridad en medio de las iglesias. Muchos deseaban ansiosamente escuchar
personalmente a uno que había conocido personalmente y de manera tan cercana al
Señor Jesucristo.
Efeso era
una de las ciudades que constituían un centro intelectual de Asia Menor
(Hch.19:10). Tal como fue predicado años antes por el Apóstol Pablo (Hch.
20:28-31), se levantaron falsos maestros de en medio de la Iglesia que
comenzaron a contaminarla con falsa doctrina, pervirtiendo la enseñanza
apostólica fundamental. Estos falsos maestros defendían hablaban ciertas ideas
nuevas que eventualmente se conocieron como “gnosticismo”[2].
Después del problema del legalismo judaizante que Pablo combatió durante su
ministerio, el gnosticismo fue la herejía más peligrosa que amenazó a la
iglesia primitiva durante los primeros 3 siglos. Juan estuvo combatiendo los
inicios de esta herejía virulenta que amenazaba con destruir los fundamentos de
la fe y las iglesias.
El
gnosticismo, influido por filósofos como Platón[3],
predicaba un dualismo diciendo que lo material era intrínsecamente malo
y lo espiritual era bueno. Como resultado de esta presuposición, estos falsos
maestros, aunque atribuían alguna forma de deidad a Cristo, negaban su
verdadera humanidad para preservarlo del mal. También hablaban de un
conocimiento elevado, una verdad más alta que sólo era conocida por aquellos
que se adentraban a las cosas más profundas. Sólo los iniciados tenían el
conocimiento místico de la verdad, que según ellos, era más profunda que las
Escrituras.
La
herejía se manifestó en dos maneras. Primero, algunos sostenían que el cuerpo
físico de Jesús no era real sino que “parecía” ser físico (esta herejía se
conoce como “docetismo” que significa en griego “aparecer”). Juan afirmó firmemente
la realidad del cuerpo de Jesús recordando a sus lectores que él era un testigo
habiendo “visto”, “oído”, “palpado”, a “Jesucristo que vino en la carne” –
1Jn.1:1-4; 4:2,3). De acuerdo a la tradición primitiva (Ireneo), otra forma de
esta herejía que Juan atacó estaba liderada por alguien llamado Cerinto, que
decía que el “espíritu” de Cristo descendió en el Jesús humando en su bautismo
pero que lo dejó justo antes de la crucifixión. Juan escribió que el Jesús que
fue bautizado al principio de Su ministerio era exactamente la misma persona
que fue crucificado en la cruz (1Jn.5:6).
Estos
puntos de vista heréticos nos sólo destruyen la verdad sobre la humanidad de
Cristo, sino también su sacrificio expiatorio, porque Jesús no sólo es Dios
verdadero, sino también hombre verdadero (y físicamente real) que realmente
sufrió y murió en la cruz para realizar un sacrificio sustitutivo aceptable por
el pecado (ver Heb. 2:14-17). La verdad Bíblica acerca de Jesús afirma Su
completa humanidad como también Su completa deidad.
La
herejía gnóstica de que la materia (el cuerpo) es malo y que el espíritu es
bueno conduce a la idea de que el cuerpo debe ser tratado duramente, de manera
ascética (Col.2:21-23), o los pecados que uno comete en el cuerpo no tienen
relación o conexión con nuestro espíritu. Esta forma de pensamiento llevó a los
oponentes de Juan a concluir que el pecado cometido en el cuerpo físico no
importaba; que una indulgencia en la inmoralidad era permisible; uno podía
negar que el pecado existiera (1Jn.1:8-10) y rechazar la ley de Dios (1Jn.3:4).
Juan enfatizó la necesidad de la obediencia a las leyes de Dios, porque él
definió el verdadero amor de Dios como obediencia a Sus mandamientos (5:3).
Una de
las características de los falsos maestros es la falta de amor, especialmente
en la manera en que reaccionan ante cualquiera que rechace su forma de pensar
(1Jn.3:10-18). Ellos separaban a sus engañados prosélitos de la comunión de
aquellos que permanecían fieles a las enseñanzas apostólicas. Así que Juan
decía que esta separación manifestaba de manera externa que aquellos quienes
seguían a los falsos maestros carecían de una salvación genuina (1Jn.2:19). La
salida de este grupo de la iglesia que se fue tras los falsos maestros dejó a
los creyentes que se quedaron conturbados. Para responder a esta crisis, el
anciano apóstol escribió con el propósito de asegurar y confirmar a aquellos
fieles que se quedaron para combatir esta grave amenaza en la iglesia. Debido a
que esta herejía era tan peligrosa y el período de tiempo era tan crítico para
la iglesia que estaba en el peligro de ser arropada por la falsa enseñanza,
Juan, de manera amable, paciente, pero con una autoridad apostólica
incuestionable, les envió su primera carta a iglesias con las que él tenía cercanía
para sofocar esta plaga de falsa doctrina.
I. Tema
central de las epístolas de Juan.
Un
llamado a evaluarse a la luz de los fundamentos de la fe, esto es, sana
doctrina, obediencia, y amor, para ayudar a creyentes atacados por falsos
maestros, a que tengan gozo, santidad y seguridad en Cristo Jesús.
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A la luz
de las circunstancias de la epístola, el tema central de 1 Juan es “un llamado
a evaluarnos a la luz los fundamentos de la fe”. El apóstol habla con una completa
certeza, no con opiniones o conjeturas. El expresa el carácter absoluto del
Cristianismo en términos muy simples, claros e inerrantes, sin dejar ninguna
duda en cuanto a las verdades fundamentales que sostienen el Evangelio.
Al ir a
los fundamentos de la fe, los lectores de esta carta podrán probar quién es un
falso maestro o quién es el verdadero. Ya que para tener una fe genuina debe
haber sana doctrina, obediencia completa a los mandamientos de Dios, y amor a
Dios a los hermanos.
Al ir a
los fundamentos de la fe, los creyentes experimentarán estos tres resultados
continuamente en sus vidas. Esos tres resultados son repetidos por Juan a
manera de un ciclo importante de la verdadera fe cristiana:
- Fe verdadera en Jesús (sana doctrina) (1Jn.1:1-4)
- Obediencia a Sus mandamientos (1Jn.1:6; 2:4,6)
- Amor a Dios y a nuestros hermanos (1Jn.3:23, 24).
Una fe
verdadera en Jesús (sana doctrina) produce à obediencia a Sus mandamientos; lo
cual produce à Amor a Dios y a nuestros hermanos.
Cuando
este ciclo de tres factores (sana doctrina, obediencia, amor) trabaja por
completo en nosotros, produce en nosotros gozo, santidad y seguridad.
Este ciclo de sana doctrina, obediencia y amor, es lo que constituye la
evidencia de ser un verdadero cristiano, el cual vivará como consecuencia en
gozo, santidad y seguridad.
El
deseaba que ellos tuvieran gozo por la certeza de su fe lo cual
produce santidad (1Jn.1:4; 3:3).
En ese
sentido, podemos ver muy claramente que Juan repite 3 propósitos dentro de su
tema principal de los fundamentos de la fe:
- El Gozo (1:4);
- La Santidad (2:1);
- La Seguridad (5:13).
De manera
única, Juan utiliza un estilo “espiral”, donde va repitiendo estas verdades
básicas con el fin de enfatizar su importancia y ayudar a sus lectores a entenderlas
y recordarlas. (Ver bosquejo en anexo 1).
B. Tema central de 2Juan
“Un
llamado a los fundamentos de la fe y al uso adecuado de la hospitalidad
cristiana”.
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El tema
de 2 Juan es muy similar al de 1 Juan: “un llamado a los fundamentos de la fe”
(v.4-6). Para Juan, las bases del Cristianismo se resumen en los mismos tres
factores que vimos en 1 Juan como los fundamentos de la fe:
- Adherencia a la verdad (sana doctrina) (2Jn.4)
- Adherencia al amor (2Jn.5)
- Adherencia a la obediencia (2Jn.6).
Sin
embargo, el apóstol considera adicionalmente en su 2da carta otro tema: “una
visión bíblica para la hospitalidad”. Los cristianos no solamente deben
adherirse a los fundamentos de la fe, sino que las gracias de hospitalidad que
se nos han encomendado (Ro.12:13) deben usarse con discernimiento santo. La
base de la hospitalidad debe ser el común amor de nuestro interés en la verdad,
y los cristianos deben compartir su amor dentro de los límites de la verdad. No
estamos llamados a una aceptación universal de cualquiera que clame ser un
creyente. El amor debe tener discernimiento. La hospitalidad y la amabilidad
deben concentrarse en aquellos que se adhieren a los fundamentos de la fe.
De lo
contrario, los cristianos estaríamos entonces ayudando a aquellos que intentan
destruir las verdades básicas de la fe. La Sana doctrina debe servir como la
prueba del cristianismo genuino y como la base de la separación entre aquellos
que profesan ser cristianos y aquellos que realmente lo son (1Jn.10,11; comp.
Rom. 16:17; Gal. 1:8,9; 2 Ts. 3:6,14; Tit. 3:10).
C. Tema central de 3Juan
“Recomendación
del uso correcto de la hospitalidad cristiana y la condenación por faltar a
ese uso correcto de la hospitalidad”.
|
2&3
de Juan tratan un tema similar, el de la hospitalidad, pero desde una
perspectiva diferente. Mientras 2 de Juan condena al que hospeda a falsos
maestros, 3 de Juan condena al que no hospeda a siervos de Cristo.
El tema
de 3 Juan es la recomendación del uso correcto de la hospitalidad cristiana y
la condenación por faltar a ese uso correcto de la hospitalidad.
Juan
había recibido reportes de que maestros itinerantes que eran conocidos y
aprobados por Juan (3Jn.5–8) habían viajado a ciertas congregaciones donde les
había sido negado el hospedaje por un individuo llamado Diótrefes (3Jn.10) que
ejercía dominio sobre la congregación. Este había ido muy lejos al no solamente
negar el hospedaje a los siervos de Cristo, sino también hablando mal del
Apóstol Juan, prohibiendo a los hermanos recibir a estos maestros itinerantes
(genuinos), y expulsando de la iglesia a los que lo hacían. Algunos sugieren
que Diótrefes era uno de los falsos maestros, pero parece ser que el ejemplo no
es de un hereje, sino más bien de un soberbio, arrogante y desobediente.
Por otro
lado contrasta con Gayo, un hermano amado por Juan del que todos daban buen
testimonio y que presta servicio a los hermanos, especialmente a los
desconocidos (que eran creyentes genuinos). Asimismo alaba la conducta de
Demetrio porque todos dan buen testimonio de él.
II.
Autor, Fecha y Lugar en que fueron escritas.
El autor
Las
epístolas no identificas al autor, pero el testimonio de la iglesia las
adjudica al Apóstol Juan (ver Lucas 6:13,14). Este anonimato comprueba el hecho
de que la iglesia primitiva identificaba las epístolas con el Apóstol Juan, ya
que solo alguien tan conocido y con el estatus y preeminencia que tenía
Juan en la iglesia, pudo haber escrito una carta con tanta autoridad, esperando
obediencia de sus lectores, y sin tan siquiera identificarse al principio de la
misma como su autor (por ejemplo ver 1Jn. 4:6). El era bien conocido para sus
lectores así que él no necesitaba mencionar su nombre. En cuanto a 2 & 3 de
Juan, su estilo y temática (los falsos maestros) es muy parecido[4]
al de 1 Juan y el autor se identifica como “el anciano”, lo cual se asemeja
mucho al Apóstol Juan, quien era el único superviviente de los apóstoles para
ese momento.
Sobre
Juan ya hablamos brevemente en el capítulo que presentamos el Evangelio Según
Juan, pero para tener el resumen de quién era Juan, diremos que Juan y Jacobo,
su hermano mayor (Hch.12:2), eran conocidos como los “hijos de Zebedeo” (Mat.
10:2–4), a quienes Jesús apellidó “Boanerges”, esto es, “hijos del trueno”
(literalmente “hijos del tumulto”) (Marc. 3:17). Juan era uno de los 3 amigos
más íntimos de Jesús (conjuntamente con Pedro y Jacobo – ver Mat. 17:1; 26:37),
siendo un testigo y participante del ministerio terrenal de Jesucristo
(1Jn.1:1–4). Además de las 3 epístolas, Juan también escribió el cuarto
evangelio que lleva su nombre, en el cual él se identifica a sí mismo como el
discípulo “a quien Jesús amaba” y como aquel que se reclinó en el pecho de
Jesús durante la Ultima Cena (Juan 13:23; 19:26; 20:2; 21:7,20). También
escribió el libro de Apocalipsis (Ap. 1:1).
Fecha (90
– 95)
No
tenemos una fecha precisa del momento en que Juan escribe estas cartas ya que
no hay muchos indicios en ellas como para deducir una fecha precisa. Pero lo
más probable es que Juan haya escrito su obra cerca del final del siglo I. La
tradición de la Iglesia consistentemente identifica a Juan en un momento de
avanzada edad viviendo activamente y escribiendo desde Efeso en Asia Menor. El
tono de la epístola soporta la evidencia de que el autor era un anciano en edad
comparado con sus lectores (por ejemplo, “hijitos”— 1Jn.2:1,18,28). Tanto la
primera epístola de Juan como su evangelio reflejan un vocabulario similar y
una forma de expresión muy parecida. Tales similitudes hacen pensar a muchos al
día de hoy que las epístolas de Juan fueron escritas justo después de su
evangelio.
Otro
punto que hace pensar que la fecha tuvo que ser al final del siglo I es el tema
de la herejía que Juan combate, lo cual refleja los inicios del Gnosticismo que
apareció en los últimos 30 años del siglo I. Y debido a que Juan no menciona
nada acerca de la persecución bajo el emperador Domiciano, quien comenzó para
el 95 d.C., es posible que hayan sido escritas entre el 90 y el 95 d.C.
Lugar
Según el
testimonio de los Padres de la Iglesia en sus referencias al Apóstol Juan, lo
más probable es que él haya escrito desde Efeso.
III.
Destinatarios y propósitos
Destinatarios
1Juan
Ninguna
de las cartas da algún indicio de quiénes son los destinatarios, pero la
documentación histórica de los Padres de la Iglesia nos da luz al respecto de
que Juan ministraba en las iglesias de Asia Menor. Así que se acepta que estas
cartas fueron dirigidas principalmente a iglesias de Asia Menor sobre las que
Juan ejerció su ministerio apostólico.
Propósito
1 Juan
Los
falsos maestros (gnosticismo) estaban dañando la sana doctrina y la vida de
estos cristianos a quienes Juan tanto amaba. Por esto ellos habían perdido su
confianza y certeza en la fe, habían perdido su gozo, y estaban confundidos por
estos falsos maestros. Por eso Juan reitera 3 propósitos para lo cual él dice
haber escrito su carta:
- El Gozo. “Para que vuestro gozo sea cumplido” (1:4);
- La Santidad. “Para que no pequéis” (2:1);
- La Seguridad. “Para que sepáis que tenéis vida eterna” (5:13).
Destinatarios
2 Juan
Son los
mismos que 1 Juan, pero el autor los menciona alegóricamente como “a la señora
elegida y a sus hijos”. Juan dice que no sólo él los ama, sino “todos aquellos
que han conocido la verdad”, así que se refiere a la iglesia y sus miembros.
Siendo el tema una continuación o ampliación de lo que venía hablando en 1 Juan entendemos lógico pensar que se trata de los mismos destinatarios probablemente en las iglesias de Asia Menor, aunque en este caso parece indicar que, a diferencia de 1 Juan que es un grupo de iglesias amplio, en el caso de 2 Juan quizás tenía alguna congregación en mente, ya que los falsos maestros viajaban albergándose en las casas de los hermanos para predicar en medio de las congregaciones cristianas.
Propósito
2 Juan
Aparte de
reiterarles el permanecer en los fundamentos de la fe (sana doctrina, amor y
obediencia), Juan les escribe para advertirles cómo deben ejercer su deber
de ser hospitalarios, con discernimiento, no recibiendo a los falsos maestros.
Destinatarios
3 Juan
En este caso,
Juan escribe a un miembro de la iglesia llamado Gayo, del cual no sabemos nada.
Este nombre era muy común en esa época y región (Hech. 19:29; 20:4; Rom. 16:23;
1 Cor. 1:14). Se infiere que Gayo debió ser miembro de una de las iglesias con
las que Juan tenía comunión.
Propósito
3 Juan
Juan
escribió esta tercera carta con el propósito de dar testimonio de lo que es
el buen ejemplo de la hospitalidad que mostraba Gayo como un digno
representante del evangelio (3Jn. 6–8) y para condenar las acciones pecaminosas
de Diótrefes que no hospedaba a fieles misioneros itinerantes (3Jn. 10).
IV. Contenido
de las cartas de Juan
A. 1 Juan
1:1-10
|
Vida y luz
|
2:1-14
|
Amor
hacia los demás cristianos
|
2:15-17
|
No amar
al mundo
|
2:18-29
|
Advertencias
contra los anticristos
|
3:1-24
|
Justicia
y amor
|
4:1-6
|
Probar
a los espíritus
|
4:7-21
|
Amor de
Dios
|
5:1-21
|
Fe en
el Señor Jesucristo
|
(En el
anexo 1 aparece un bosquejo detallado de 1Juan, tomado de John MacArthur).
B. 2 Juan
vv. 1-3
|
I.La
Base de la Hospitalidad Cristiana
|
vv. 4-6
|
II. La
Conducta de la Hospitalidad Cristiana
|
vv. 7-11
|
III.
Los Límites de la Hospitalidad Cristiana
|
vv. 12-13
|
IV. Las
Bendiciones de la Hospitalidad Cristiana
|
Fuente:tomado de. John F. MacArthur, Jr., The
MacArthur Study Bible, (Dallas: Word Publishing) 1997
C. 3 Juan
vv. 1-8
|
I. Los
Mandamientos con Respecto a la Hospitalidad Cristiana
|
vv. 9-11
|
II. Los
Mandamientos con Respecto a la Violación de la Hospitalidad Cristiana
|
vv. 12-14
|
III. La
Conclusión Respecto a la Hospitalidad Cristiana
|
Fuente:tomado de. John F. MacArthur, Jr., The
MacArthur Study Bible, (Dallas: Word Publishing) 1997
V.
Resumen
A.
Resumen de 1 Juan
- La introducción presenta el conocimiento de la palabra de vida encarnada (Cristo Jesús) como base necesaria para tener comunión con Dios (1:1-4)
- Nótese que Juan introduce contundentemente diciendo que su testimonio no viene de especulaciones sino de lo que ellos habían visto, oído y palpado con sus manos. Porque Jesucristo no era un espíritu, El vino en carne, era hombre y Dios.
- Para mantener esa condición de creyente se deben verificar ciertas condiciones. Andar en luz, tener comunión unos con otros, reconocer y confesar nuestros pecados amparados en la expiación de Cristo. (1:5-2:2)
- La prueba de que se conoce y ama a Dios está en la obediencia (2:3-11).
- Al tener ciertos beneficios espirituales (2:12-14) los lectores deben amar al Padre en vez de al mundo (2:15-17).
- Las influencias de los anticristos amenazan a la iglesia (2:18-25), pero existe un antídoto contra la falsa enseñanza – la unción divina que da discernimiento espiritual (2:26-27).
- El permanecer en Dios trae justicia y una disposición favorable para la venida del Señor (2:28-29).
- La venida del Señor significará parecerse a Cristo, mientras que la esperanza de su venida tiene un poder purificador (3:1-3).
- Una vida que se caracteriza por permanecer en Cristo produce libertad del dominio del pecado (3:4-10).
- Los hermanos tienen la obligación de amarse unos a otros (3:11-18).
- El permanecer da confianza en la oración (3:19-24).
- La encarnación es la prueba entre la verdad y el error (4:1-6).
- El amor hacia los hermanos está basado en el amor de Dios por ellos (4:7-12).
- El amor perfecto elimina el temor y lo prepara a uno para el día del juicio (4:13-21).
- La fe tiene poder para vencer al mundo (5:1-5)
- Dios ha dado suficiente testimonio respecto a su Hijo como para garantizar la fe (5:6-12).
- La conclusión se trata de las certezas que da la fe en términos de la oración, de la restauración del hermano, del conocimiento, y de la posesión de una nueva vida en Cristo (5:13-21).
B.
Resumen de 2 Juan
En 2
Juan, el anciano escribe a la señora elegida (la iglesia) y a sus hijos (los
miembros), alabándola por la fidelidad a la verdad manifestada por algunos de
sus hijos, y recordándole el mandamiento de amar en el cual ella y otros deben
andar. Juan reitera como en 1 Juan la importancia de mantener la doctrina de
Cristo como Hijo encarnado de Dios y de negar la comunión y ayuda a aquellos
que, sin adherirse a dicha doctrinal, se hacen pasar como maestros cristianos.
C.
Resumen de 3 Juan
En 3
Juan, dirigida a Gayo, el anciano le alaba a éste por la posición que ha tomado
a favor de la verdad y por su amabilidad para con los hermanos itinerantes que
se ocupan del servicio del Señor.
Gayo
sirve de agradable contraste a un tal Diótrefes, que probablemente pertenece a
la misma iglesia local. Ese hombre rehusó mostrar hospitalidad con los obreros
enviados con las recomendaciones del escritor. De hecho, llegó tan lejos como
expulsar a los cristianos que hospedaron a estos misioneros. Esta persona es
reprendida por el autor en esta carta. Antes de concluir el autor alaba a un
tal Demetrio de quien todos daban buen testimonio.
VI.
Peculiaridades
A.
Palabras claves o ideas características
- 1Juan
- La repetición. El autor vuelve una y otra vez a ciertas ideas y términos principales, tales como luz, verdad, creer, amor y justicia, pero con énfasis cambiantes.
- Simplicidad de las oraciones. Para los estudiantes de griego, esta es la carta menos complicada de leer, por la sencillez y claridad de sus oraciones y sintaxis.
- 1Juan se desenvuelve en un tono cálido, amante, como cuando un padre habla tiernamente en una conversación íntima con sus hijos.
- 1 Juan también es bastante “pastoral”, escrita desde el corazón de un pastor que tiene ciertas preocupaciones por sus ovejas. Como pastor, Juan comunicaba a su rebaño algunos principios muy básicos y esenciales de la fe.
- Hay mucho parecido entre 1 Juan y el evangelio de Juan. Vocabulario: Padre, Hijo, Espíritu, principio, Palabra o Verbo (Logos), Paracleto, creer, vida, eterno, amor, permanercer, guardar, mandamiento, verdadero, conocer, tener, nacer, testificar, luz, oscuridad, mundo, pecado, diablo.
- 2 & 3 de Juan
o
2&3
de Juan representan en el NT el modelo más cercano de lo que era una carta
convencional en el mundo contemporáneo Greco-Romano, ya que fueron dirigidas a
uno o más individuos.
o
Estas dos
cartas son las epístolas más cortas en el NT, conteniendo cada una de ellas
unas 300 palabras giegas. Cada una de estas cartas cabe en un solo pliego de
papiro (ver 3 John 13).
B.
Grandes doctrinas
- 1Juan
- La cristología es utilizada para ser refutada del error, de allí el énfasis en la encarnación y en la redención por la sangre.
- No se hace énfasis en la resurrección.
- Parácleto (abogado) (1Jn.2:1). Es un término interesante donde aprendemos que Jesucristo intercede por nosotros ya que él es la propiciación por nuestros pecados.
- Confesión de pecados (1Jn.1:5-10).
- Aborrecer la mundanalidad (1Jn.1:15-17).
- Ahora somos hijos de Dios (1Jn.3:1-3).
- 2 & 3 de Juan
- La hospitalidad cristiana y el buen discernimiento en el uso de ella.
C.
Pasajes famosos
- 1Juan
- 1Jn.1:9 Confesar nuestros pecados
- 1Jn.2:1 Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos…
- 1Jn.2:4 El que no guarda sus mandamientos.
- 1Jn.2:6 El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo.
- 1Jn.2:15 No améis al mundo
- 1Jn.3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre…
- 1Jn.3:8 El que practica el pecado es del diablo…
- 1Jn.3:18 No amemos de palabra… sino de hecho y en verdad
- 1Jn.4:8 El que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es amor
- 1Jn.4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
- 1Jn.5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
- 1Jn.5:20 “…y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.”
- 1Jn.5:21 “Hijitos, guardaos de los ídolos”.
- 2 & 3 de Juan
- 2Jn.10 “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!
- 3Jn.11 “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios”.
Anexo 1. Bosquejo de 1Juan; tomado de. John F. MacArthur, Jr., The MacArthur Study Bible, (Dallas: Word Publishing)
1997
I. Las
Pruebas Fundamentales del Cristianismo Genuino – ESPIRAL I (1:1–2:17)
A. Las
Pruebas Fundamentales de la Doctrina (1:1–2:2)
1. Una visión bíblica de Cristo (1:1–4)
2. Una visión bíblica del pecado (1:5–2:2)
B. Las
Pruebas Fundamentales de la Moral (2:3–17)
1. Una visión bíblica de la obediencia (2:3–6)
2. Una visión bíblica del amor (2:7–17)
a. El amor que Dios quiere (2:7–11)
b. El amor que Dios aborrece (2:12–17)
II. Las
Pruebas Fundamentales del Cristianismo Genuino —ESPIRAL II (2:18–3:24)
A. Parte
2 de la Prueba Doctrinal (2:18–27)
1. Los Anticristos salen de la comunión cristiana (2:18–21)
2. Los Anticristos niegan la fe cristiana (2:22–25)
3. Los Anticristos engañan a los fieles cristianos (2:26, 27)
B. Parte
2 de la Prueba Moral (2:28–3:24)
1. La esperanza purificadora del retorno del Señor (2:28–3:3)
2. La incompatibilidad cristiana con el pecado (3:4–24)
a. El requisito de ser justos (3:4–10)
b. El requisito de amar (3:11–24)
III.
Pruebas Fundamentales del Cristianismo Genuino —ESPIRAL III (4:1–21)
A. Parte
3 de la Prueba Doctrinal (4:1–6)
1. La fuente demoníaca de la falsa doctrina (4:1–3)
2. La necesidad de la sana doctrina (4:4–6)
B. Parte
3 de la Prueba Moral (4:7–21)
1. El carácter amante de Dios (4:7–10)
2. El requerimiento de Dios a que amemos (4:11–21)
IV.
Pruebas Fundamentales del Cristianismo Genuino —ESPIRAL IV (5:1–21)
A. La
Vida Victoriosa en Cristo (5:1–5)
B. El
Testimonio de Dios para con Cristo (5:6–12)
C. Las
Certezas de los Cristianos a Causa de Cristo (5:13–21)
1. La certeza de la vida eterna (5:13)
2. La certeza de las oraciones contestadas (5:14–17)
3. La
certeza de la Victoria sobre el pecado y Satanás (5:18–21)
[1] En griego realmente el título no
comienza con un número para diferenciarlas (1Juan, 2Juan, 3Juan) sino que se
utilizan las primeras tres letras del alfabeto griego (alfa, beta, gamma), esto
es Juan A, Juan B, Juan G (IWANNOU A; IWANNOU B; IWANNOU G).
[2] Gnosticismo viene de la palabra
griega gnosis que significa “conocimiento”. Promete la salvación
por medio del conocimiento. Para ser salvos había que renunciar a lo material y
buscar el dios invisible. En el tiempo que Juan escribe, los gnósticos negaban
que Jesucristo hubiese venido en carne, sino que lo que vieron los apóstoles
fue el “espíritu” de Cristo. Por eso Juan aclara desde la introducción que
ellos lo habían visto, oído y palpado con sus manos (1Jn.1:1).
[3] Platón fue discípulo de
Sócrates. Enseñaba que el mundo consiste en un número infinito de cosas
particulares que son copias imperfectas de una idea real. Por ejemplo, hay
muchas clases de sillas, pero ninguna es real, la real es la idea o concepto de
donde vinieron las sillas que vemos. El mundo real es el mundo de las ideas,
del cual el mundo material es una sombra. Esta escuela era muy abstracta como
para que la gente le prestara atención. Luego del Platonismo surgió un
Neoplatonismo que decía que el espíritu es el bien, la carne es el mal
(dualismo).
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