lunes, 27 de julio de 2015

Introducción al Nuevo Testamento



04 Introducción al Nuevo Testamento
Por Arturo Pérez
Tema 4. Introducción al Nuevo Testamento.

En este tema estaremos concentrados en el Nuevo Testamento no tan solo desde el punto de vista teológico, sino como obra literaria, observando su contenido, viendo de qué trata cada uno de los libros que lo componen.

I. Significado de su nombre: “Nuevo Testamento”.

El “Nuevo Testamento” es el nombre en castellano que se le da a la segunda parte de la Biblia. El nombre viene de las palabras latinas Novum Testamentum, que a su vez son traducidas del griego “h kainh diaqhkh“ (Je Kaine Diatheke) o “El Nuevo Pacto”. La palabra griega diatheke se puede traducir como “testamento” pero el sentido de la misma implica un convenio planteado por una de dos partes y que tiene que ser aceptado o rechazado por la otra, entendido que esta no puede cambiarlo; y que habiéndolo aceptado, ambas partes quedan atadas conforme a los términos formulados en él.

Como “la última voluntad expresada por escrito” es el mejor instrumento público de este tipo, la palabra latina “testamentum” y en español “testamento” tiene sentido para referirse al Nuevo Pacto o Diatheke.

Al llamar a estos escritos “Nuevo Testamento”, se hace referencia entonces, a la “alianza” o “pacto” sellado entre Dios y la humanidad. Este uso tiene su origen en la convicción, expresada ya en textos como Lc 22.20; 2 Co 3.6 y Heb 9.15, de que por medio de Jesús, y especialmente con su muerte, se había sellado ese nuevo pacto o alianza que Dios había anunciado antiguamente (cf. Jer 31.31-33), y que sustituía al antiguo (cf. 2 Co 3.14; Heb 8.13).

El Pacto de Gracia.

El pacto (diatheke) hecho por Dios, en el sentido utilizado en las Escrituras, no es un convenio (suntheke), no es un “acuerdo” entre dos partes, sino más bien un pacto del tipo “testamento” donde Dios expresa su inquebrantable voluntad al hombre, y este puede aceptarlo o rechazarlo, pero no puede cambiarlo. Este testamento o pacto de Dios promete que Dios mismo garantiza que será cumplido. Por eso en palabras más breves, decimos que un pacto es “una promesa a la que se interpone un juramento”.

Dios prometió básicamente la siguiente idea: “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”. La esencia del pacto consiste en esta unión y comunión con el Señor. Esta promesa se ve a lo largo de los pactos que Dios hizo con Noé, con Abraham, con Moisés, con David y finalmente el Pacto del Nuevo Testamento, donde se ve este “nuevo pacto” como el cumplimiento del pacto anterior  (Luc.1:72; Hech.3:25; 2Co.3:14; Heb.8:9 – 9:20).

¿Desde cuándo se llama Antiguo y Nuevo Testamento a la primera y segunda parte de la Biblia? Los primeros cristianos, como los demás judíos, utilizaban los escritos sagrados del pueblo de Israel (lo que nosotros llamamos Antiguo Testamento), que designaban con el nombre genérico de “las Escrituras” (cf. 1 Co 15.3), a veces con la expresión más específica de “la ley de Moisés, los escritos de los profetas y los salmos” (cf. Lc 24.44), o más brevemente como “la ley y los profetas” (cf. Mt 5.17), y aun simplemente “la ley” (cf. Jn 10.34). Los términos Antiguo y Nuevo Testamento solo empezaron a usarse a fines del siglo II d.C. para designar los libros de la Biblia.

II. El Contenido del Nuevo Testamento.

 El Nuevo Testamento (NT) está compuesto por veintisiete escritos redactados en griego durante los primeros tiempos de la iglesia cristiana, es decir, durante el periodo correspondiente, en setido general, a la segunda mitad del siglo I d.C. (la mayoría de los libros fueron escritos del 50 al 95 d.C.) Estos escritos, de dimensiones y formas literarias muy diferentes, han sido considerados, desde su origen, como obras de autoridad religiosa superior a la de cualquier otro libro. Todos estos escritos, directa o indirectramente, nos hablan de Jesucristo, de su obra redentora y de las consecuencias de esa obra en los seres humanos. Sin embargo, las maneras concretas de exponer estos temas son muy variadas.

El NT, como ya se ha indicado, es una colección de diferentes escritos. En las Biblias actuales están agrupados según algunos aspectos comunes.

Los Evangelios
En primer lugar se encuentran los cuatro evangelios (según San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan). Todos ellos narran los principales acontecimientos de la vida, la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús, interpretados desde el contexto particular de cada autor y de su respectiva comunidad.

  • Mateo: “El evangelio para los judíos”. Es el que más alude a las profecías del AT cumplidas en Jesús, el Mesías esperado por Israel. Presenta a Cristo como Rey y enfatiza su ministerio como maestro.
  • Marcos: El más corto de los evangelios, contiene una narrativa corta, rápida y dinámica. Está orientado a los gentiles, y se toma el tiempo de explicar las cuestiones judías que no fuesen fáciles de entender para los no judíos. Presenta a Cristo como siervo en acción obrando con poder.
  • Lucas: Lucas y Hechos son dos partes de una misma obra. Lucas pone en orden la historia del Jesús y los eventos alrededor, recopilando datos de primera mano. También escribió para no judíos. Lucas enfatiza el amor del Salvador por las almas, al interactuar con todas las clases sociales, incluyendo la figura de la mujer como recipientes del amor de Dios.
  • Juan: Este evangelio es muy diferente de los otros tres, dando una perspectiva especial de Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios. Enfatiza de manera especial la deidad de Jesús.

Los Hechos de los Apóstoles
Después se encuentra el libro de los Hechos de los Apóstoles, que es una segunda parte del Evangelio según San Lucas y se refiere a la difusión del mensaje cristiano durante los primeros años de vida de la iglesia.

  • Hechos: Después de los evangelios, Hechos completa la historia del Nuevo Testamento después de la resurrección y ascensión de Jesucristo y el ministerio del Espíritu Santo en medio de las primeras comunidades cristianas.

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