09 El Evangelio en los Evangelios
Por Arturo Pérez
Por Arturo Pérez
Tema 9. El Evangelio en los Evangelios
I.
Significado de la palabra “evangelio”
¿Qué
significa la palabra evangelio?
La
palabra evangelio viene del griego euaggelion (euangelion) que significa
literalmente “buenas noticias” (eu significa “bueno” y angelos significa
mensaje o noticia). En todo el Nuevo Testamento, la palabra evangelio
denota las buenas nuevas del Reino de Dios y la salvación a través de
Jesucristo. Este evangelio debe recibirse por la fe, sobre la base de Su muerte
expiatoria, su sepultura, resurrección y ascensión.
Por
ejemplo:
- Mateo dice que Jesús anunciaba el evangelio del reino:
Mt 4:23 Y
recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando
el evangelio del reino, y sanando toda
enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
- Marcos dice que Jesús llamaba al arrepentimiento y la fe en el evangelio para entrar en el reino de Dios.
Mr 1:15
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado;
arrepentíos, y creed en el evangelio.
- Pedro dice que la predicación que oían los gentiles de su boca era el evangelio.
Hch 15:7 Y
después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos,
vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles
oyesen por mi boca la palabra del evangelio y
creyesen.
- Pablo dice que entregaba su vida para dar testimonio del evangelio
Hch 20:24 Pero de
ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que
acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar
testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
En estas
referencias que hemos dado como ejemplo, la palabra evangelio
denota especialmente el mensaje de las buenas nuevas.
La
palabra castellana evangelio aparece en total más de 100 veces a lo
largo de la versión Reina Valera en el Nuevo Testamento. Mateo, Marcos, las
epístolas de Pablo y el Apocalipsis utilizan el sustantivo “evangelio”
euaggeliov (gr. euangélion), mientras que otras veces (por ejemplo Luc.4:43;
Gal.1:11; 1Pe.1:25) la palabra que Reina Valera traduce como sustantivo (“el
evangelio”) en griego es el verbo “evangelizar” euaggelizw (gr.
euangelídso).
En el
castellano, pues, en lugar de traducirse como verbo, se ha traducido como un
sustantivo acompañando de la acción: Por ejemplo Luc.7:22 “…y a los pobres es
anunciado el evangelio” (en lugar de “y los pobres son evangelizados).
Aparte de
las referencias que hemos citado como ejemplos donde la palabra evangelio
denota el “mensaje de las buenas nuevas”, este término es muy usado por el
Apóstol Pablo en sus epístolas para denotar dos ideas muy relacionadas entre
sí, pero de significado distinto.
A.
Evangelio como los hechos básicos de la muerte, sepultura y resurrección de
Cristo (Historia
de Jesús)
1 Co.15:1-3: “Además
os declaro, hermanos, el evangelio que os he
predicado… por lo cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado,
sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras”
- Su énfasis es histórico
B.
Evangelio como la interpretación de estos hechos (Doctrina de Jesús)
Ro.2:16 “en el
día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a
mi evangelio”
Gl.1:7 “no que
haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo”
Gl.2:2 (Biblia
de las Américas) “Subí por causa de una revelación y les presenté el evangelio que predico entre los gentiles…”
- Su énfasis es doctrinal
II- El
Aspecto Histórico del Evangelio.
- Evangelio como los hechos básicos de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Historia de Jesús)
1 Co.15:1-3: “Además
os declaro, hermanos, el evangelio que os he
predicado… por lo cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado,
sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras”
Cuando se
predica el evangelio a los perdidos, como lo hizo el Señor Jesucristo y
posteriormente los apóstoles, se expresa básicamente el buen mensaje, la buena
noticia de la salvación: que el Reino de los Cielos se ha acercado, y que Jesús
es el Ungido de Dios que ha sido provisto como el Cordero de Dios para
redención de los pecadores, y que sólo creyendo en El podemos ser salvos.
Aunque
todo este concepto envuelve doctrinas profundas, el mensaje se basa en un
acontecimiento histórico: que un hombre llamado Jesús que nació en Belén y
creció en Nazaret de Galilea en el tiempo del emperador Augusto, es el Cristo,
el Hijo de Dios, que se encarnó de María siendo ella virgen, que vivió una vida
perfecta en la tierra, que fue crucificado conforme a las profecías registradas
en los escritos de los profetas judíos, que resucitó al tercer día conforme a
lo que de antemano decían estas Escrituras, que ascendió a los cielos, que en
algún momento volverá a glorificar a los que le recibieron como El lo prometió,
y para juzgar y condenar eternamente a los que le aborrecieron; y que en ningún
otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres
en el cual podamos ser salvos.
Todo este
concepto “histórico” que debe ser expuesto cuando predicamos el evangelio con
el fin de que el oyente comprenda quién es su Creador, cuál fue su plan
soberano, cuál es nuestro problema con el pecado, cuán grande es la
misericordia del Creador al dar a su Hijo en expiación, etc., etc., todo este
contenido que los apóstoles predicaban en la naciente iglesia primitiva, está
registrado en los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento a los que
conocemos como “los evangelios”.
A- ¿Por
qué se llaman “evangelios” los cuatro primeros libros del NT?
La
palabra “evangelio” no estaba incluida en el título de estos primeros 4 libros.
Los manuscritos más antiguos sólo dicen Kata Maqqaion “Según Mateo”; Kata
Markon “Según Marcos”; Kata Logkan “Según Lucas”, y Kata Iwannhn “Según
Juan”. La palabra “evangelio” (para que dijera “Evangelio Según Juan”) fue
agregado después.
Y por
supuesto, la Iglesia Católica Romana quiso diferenciar a los creyentes canonizando “santos” por encima de los
laicos “normales” de la tierra, y llama “santos” a algunos hombres de manera
especial, comenzando por los apóstoles, a quienes llama “San Mateo”, “San
Juan”, pero también a otros no apóstoles como “San Marcos” y “San Lucas”.
Debido a que muchas de las versiones castellanas como Reina Valera y otras
versiones católicas, adoptaron la costumbre del mismo título de “Evangelio
Según San…” hoy día tenemos ese mismo título en nuestras Biblias (excepto
versiones como la Biblia de las Américas) de la misma manera que heredamos la
misma división por capítulos y versículos que hombres del pasado hicieron, que
propuso la división en capítulos que hoy tenemos.
Aunque
este no es el tema que nos ocupa, debemos mencionar que la Escritura llama
“Santos” o “apartados para Dios” a todos aquellos que han sido lavados por la
sangre de Jesús (Lc.1:70; Ro.1:7; 8:7; 12:13; 15:25,26,31; 16:2,15; 1Co.1:2;
6:1,2; 14:33; 16:1,15; 2Co.1:1; 8:4; 9:1; 9:12; 13:13; Ef.1:1,4,15,18;
2:19;3:18; 4:12; 5:13; 6:18; Fil.1:1; 4:21,22; etc., etc., etc.). Como vemos en
muchos de estos textos como Ef.4:12, los santos no son perfectos en esta
tierra, solo perdonados, así que deben ser “perfeccionados para la obra del
ministerio”. Ya somos vistos como perfectos delante de Dios en términos de
nuestra justificación en Cristo. Ya somos salvos y somos santos en Cristo,
apartados para El. Pero debemos seguir creciendo en santidad, no para ser
salvos, sino para vivir como tales, porque el fruto de nuestra salvación es
nuestra santificación. Por esa razón no nos molesta que el título de cada libro
del NT llame “Santo” a cada uno de sus autores, porque al igual que cada uno de
los hijos de Dios en Cristo, ellos son santos, como nosotros somos santos,
también.
El punto
que venimos tratando es que los manuscritos más antiguos de los cuatro
evangelios solo dicen “Según Mateo…” porque cada rollo de estos libros no
tenían en sí mismos un título dado por el autor, sino que posteriormente fueron
identificados para tener una referencia de cada uno de ellos, y decían
simplemente “Según Mateo” o “Según el autor en cuestión”.
Luego se
agregó “EVANGELIO según…” el autor. La respuesta a la pregunta de por qué se
les llama “evangelios” es muy obvia a la luz de todo lo que hemos mencionado
hasta el momento. Estos cuatro libros nos hablan no solo de Jesús como el
Mesías, sino que nos expresan el contenido de la predicación de Jesucristo, lo
cual él mismo llamaba “las buenas noticias del Reino”, “el evangelio del Reino
de Dios” (Mat.24:14). Es interesante que Marcos es el único de los cuatro
evangelios que declara que su libro precisamente es el “principio del evangelio
de Jesucristo, Hijo de Dios” (Mr.1:1). Esto por supuesto aplica a Mateo, Lucas
y Juan.
B- ¿Cuál
es el contenido de los evangelios?
Los
evangelios son mucho más que simplemente biografías de Jesús. De hecho
contienen muy poco acerca de su niñez y sus primeros años, no dicen nada
acerca de la adolescencia y juventud, pero tienen muchos detalles de su última
semana de vida en la tierra.
Durante
30 años después de que el Señor resucitó, los apóstoles declaraban las buenas
nuevas acerca de Cristo por la predicación verbal. Mientras tanto se
coleccionaban algunos escritos acerca de lo que Jesús dijo e hizo.
Eventualmente todos estos escritos y el testimonio oral de la gente que lo vio
y lo siguió sirvieron para componer en distintos contextos, lo que hoy
conocemos como los cuatro evangelios.
Los
evangelios constituyeron una buena fuente de respaldo para la predicación
apostólica, y con el paso del tiempo fueron aún más indispensables ya que la
gente que había testificado sobre estos hechos eran cada vez menos por el paso
del tiempo.
El
contenido de los evangelios se basa tanto en el hecho histórico de Jesús como
en la parte doctrinal de sus implicaciones. Este contenido se ha visto de
manera parcial al haber estudiado cada uno de los evangelios; en este capítulo
veremos una síntesis de ese contenido en sus dos aspectos, histórico y
doctrinal.
C- Una
Armonía entre los evangelios
Cada
evangelio tiene sus características que lo hacen diferente el uno del otro,
pero entre los cuatro nos dan una visión comprensiva de Jesús. En lugar de
tener una sola fuente, o en lugar de no tener ninguna, tenemos cuatro ángulos o
perspectivas que describen exactamente los mismos hechos.
Los
autores de los evangelios se preocupan más por presentar una persona que por
describir una historia acerca de esta persona. Tampoco les preocupa lo completo
de la historia en cuanto a su significado. Las diferencias o las variaciones
entre cada uno de los evangelios indican que son suplementarios sin habérselo
propuesto humanamente hablando.
Muchos
comentaristas han hablado del “problema sinóptico” refiriéndose con esto a la
manera de explicar las diferencias y las coincidencias entre los relatos que
hacen Mateo, Marcos y Lucas, ya que Juan escribió desde una perspectiva distinta.
Griesbach (1745 – 1812) le llamó “sinóptico” a este concepto, que en griego
significa “visión conjunta” y ha sido aplicado a los primeros 3 evangelios
porque sus narraciones tienen mucho en común. En la tabla 1 se puede apreciar
numéricamente la cantidad de referencias en las que Marcos coincide con el
resto, trayendo muy pocas peculiaridades exclusivas. Juan por el contrario, al
escribir desde otra perspectiva, mucho después que los primeros 3, posiblemente
quiso agregar aspectos que no habían sido mencionados, y omitió aquellos que
fueron más comentados por los anteriores. Por razones de propósito del curso,
no entraremos en este debate para dar explicación, y sólo reiteramos que el
Espíritu Santo inspiró a sus autores a escribir los detalles que Dios en su
soberanía impregnó en la mente de cada uno de ellos como para que fueran
plasmados en los manuscritos originales.
Tabla 1. Coincidencias y peculiaridades en los evangelios[1]
Evangelio
|
Peculiaridades
|
Coincidencias
|
Marcos
|
7
|
93
|
Mateo
|
42
|
58
|
Lucas
|
59
|
41
|
Juan
|
92
|
8
|
En la
tabla 2 tenemos un resumen cronológico de los 13 temas o secciones en los que
podemos segmentar todo el relato de los 4 evangelios si lo leemos en paralelo.
En el anexo 1 mostramos el documento detallado con todos los textos de los
cuatro evangelios.
La idea
principal aquí es comenzar a observar la omisión o la peculiaridad textual de
cada uno de los evangelistas a lo largo de la narración completa de lo que
conocemos hoy según el Nuevo Testamento.
Tabla 2. Resumen cronológico temático de la armonía de los evangelios[2]
1
|
Un
vistazo de Quién es Jesús
|
Mateo
|
|
Lucas
|
Juan
|
2
|
Los
Primeros Años de Juan el Bautista
|
|
|
Lucas
|
|
3
|
Los
Primeros Años de Jesucristo
|
Mateo
|
|
Lucas
|
|
4
|
Ministerio
Público de Juan el Bautista
|
Mateo
|
Marcos
|
Lucas
|
|
5
|
Final
Ministerio de Juan y Comienzo del Ministerio de Cristo (principalmente en
Judea)
|
|
|
|
Juan
|
6
|
El
Ministerio de Cristo en Galilea
|
Mateo
|
Marcos
|
Lucas
|
Juan
|
7
|
El
Ministerio de Cristo en alrededores de Galilea
|
Mateo
|
Marcos
|
Lucas
|
Juan
|
8
|
El
postrer ministerio de Cristo en Judea
|
|
|
Lucas
|
Juan
|
9
|
El
Ministerio en los alrededores de Perea
|
|
|
Lucas
|
Juan
|
10
|
Presentación
Formal de Cristo a Israel y el Conflicto Resultante
|
Mateo
|
Marcos
|
Lucas
|
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