lunes, 27 de julio de 2015

El Evangelio en los Evangelios



09 El Evangelio en los Evangelios
Por Arturo Pérez
Tema 9. El Evangelio en los Evangelios

I. Significado de la palabra “evangelio”

¿Qué significa la palabra evangelio?
La palabra evangelio viene del griego euaggelion (euangelion) que significa literalmente “buenas noticias” (eu significa “bueno” y angelos  significa mensaje o noticia). En todo el Nuevo Testamento, la palabra evangelio denota las buenas nuevas del Reino de Dios y la salvación a través de Jesucristo. Este evangelio debe recibirse por la fe, sobre la base de Su muerte expiatoria, su sepultura, resurrección y ascensión.

Por ejemplo:

  • Mateo dice que Jesús anunciaba el evangelio del reino:

Mt 4:23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

  • Marcos dice que Jesús llamaba al arrepentimiento y la fe en el evangelio para entrar en el reino de Dios.

Mr 1:15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

  • Pedro dice que la predicación que oían los gentiles de su boca era el evangelio.

Hch 15:7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.

  • Pablo dice que entregaba su vida para dar testimonio del evangelio

Hch 20:24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

En estas referencias que hemos dado como ejemplo, la palabra evangelio denota especialmente el mensaje de las buenas nuevas.

La palabra castellana evangelio aparece en total más de 100 veces a lo largo de la versión Reina Valera en el Nuevo Testamento. Mateo, Marcos, las epístolas de Pablo y el Apocalipsis utilizan el sustantivo “evangelio” euaggeliov (gr. euangélion), mientras que otras veces (por ejemplo Luc.4:43; Gal.1:11; 1Pe.1:25) la palabra que Reina Valera traduce como sustantivo (“el evangelio”) en griego es el verbo “evangelizar” euaggelizw (gr. euangelídso).
En el castellano, pues, en lugar de traducirse como verbo, se ha traducido como un sustantivo acompañando de la acción: Por ejemplo Luc.7:22 “…y a los pobres es anunciado el evangelio” (en lugar de “y los pobres son evangelizados).

Aparte de las referencias que hemos citado como ejemplos donde la palabra evangelio denota el “mensaje de las buenas nuevas”, este término es muy usado por el Apóstol Pablo en sus epístolas para denotar dos ideas muy relacionadas entre sí, pero de significado distinto.

A. Evangelio como los hechos básicos de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Historia de Jesús)
1 Co.15:1-3: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado… por lo cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras”
  • Su énfasis es histórico

B. Evangelio como la interpretación de estos hechos (Doctrina de Jesús)
Ro.2:16 “en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio
Gl.1:7 “no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo”
Gl.2:2 (Biblia de las Américas) “Subí por causa de una revelación y les presenté el evangelio que predico entre los gentiles…”
  • Su énfasis es doctrinal

II- El Aspecto Histórico del Evangelio.

  • Evangelio como los hechos básicos de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Historia de Jesús)
1 Co.15:1-3: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado… por lo cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras”

Cuando se predica el evangelio a los perdidos, como lo hizo el Señor Jesucristo y posteriormente los apóstoles, se expresa básicamente el buen mensaje, la buena noticia de la salvación: que el Reino de los Cielos se ha acercado, y que Jesús es el Ungido de Dios que ha sido provisto como el Cordero de Dios para redención de los pecadores, y que sólo creyendo en El podemos ser salvos.

Aunque todo este concepto envuelve doctrinas profundas, el mensaje se basa en un acontecimiento histórico: que un hombre llamado Jesús que nació en Belén y creció en Nazaret de Galilea en el tiempo del emperador Augusto, es el Cristo, el Hijo de Dios, que se encarnó de María siendo ella virgen, que vivió una vida perfecta en la tierra, que fue crucificado conforme a las profecías registradas en los escritos de los profetas judíos, que resucitó al tercer día conforme a lo que de antemano decían estas Escrituras, que ascendió a los cielos, que en algún momento volverá a glorificar a los que le recibieron como El lo prometió, y para juzgar y condenar eternamente a los que le aborrecieron; y que en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en el cual podamos ser salvos.

Todo este concepto “histórico” que debe ser expuesto cuando predicamos el evangelio con el fin de que el oyente comprenda quién es su Creador, cuál fue su plan soberano, cuál es nuestro problema con el pecado, cuán grande es la misericordia del Creador al dar a su Hijo en expiación, etc., etc., todo este contenido que los apóstoles predicaban en la naciente iglesia primitiva, está registrado en los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento a los que conocemos como “los evangelios”.

A- ¿Por qué se llaman “evangelios” los cuatro primeros libros del NT?

La palabra “evangelio” no estaba incluida en el título de estos primeros 4 libros. Los manuscritos más antiguos sólo dicen Kata Maqqaion “Según Mateo”; Kata Markon “Según Marcos”; Kata Logkan “Según Lucas”, y  Kata Iwannhn “Según Juan”. La palabra “evangelio” (para que dijera “Evangelio Según Juan”) fue agregado después.

Y por supuesto, la Iglesia Católica Romana quiso diferenciar a los creyentes canonizando “santos” por encima de los laicos “normales” de la tierra, y llama “santos” a algunos hombres de manera especial, comenzando por los apóstoles, a quienes llama “San Mateo”, “San Juan”, pero también a otros no apóstoles como “San Marcos” y “San Lucas”. Debido a que muchas de las versiones castellanas como Reina Valera y otras versiones católicas, adoptaron la costumbre del mismo título de “Evangelio Según San…” hoy día tenemos ese mismo título en nuestras Biblias (excepto versiones como la Biblia de las Américas) de la misma manera que heredamos la misma división por capítulos y versículos que hombres del pasado hicieron, que propuso la división en capítulos que hoy tenemos.

Aunque este no es el tema que nos ocupa, debemos mencionar que la Escritura llama “Santos” o “apartados para Dios” a todos aquellos que han sido lavados por la sangre de Jesús (Lc.1:70; Ro.1:7; 8:7; 12:13; 15:25,26,31; 16:2,15; 1Co.1:2; 6:1,2; 14:33; 16:1,15; 2Co.1:1; 8:4; 9:1; 9:12; 13:13; Ef.1:1,4,15,18; 2:19;3:18; 4:12; 5:13; 6:18; Fil.1:1; 4:21,22; etc., etc., etc.). Como vemos en muchos de estos textos como Ef.4:12, los santos no son perfectos en esta tierra, solo perdonados, así que deben ser “perfeccionados para la obra del ministerio”. Ya somos vistos como perfectos delante de Dios en términos de nuestra justificación en Cristo. Ya somos salvos y somos santos en Cristo, apartados para El. Pero debemos seguir creciendo en santidad, no para ser salvos, sino para vivir como tales, porque el fruto de nuestra salvación es nuestra santificación. Por esa razón no nos molesta que el título de cada libro del NT llame “Santo” a cada uno de sus autores, porque al igual que cada uno de los hijos de Dios en Cristo, ellos son santos, como nosotros somos santos, también.

El punto que venimos tratando es que los manuscritos más antiguos de los cuatro evangelios solo dicen “Según Mateo…” porque cada rollo de estos libros no tenían en sí mismos un título dado por el autor, sino que posteriormente fueron identificados para tener una referencia de cada uno de ellos, y decían simplemente “Según Mateo” o “Según el autor en cuestión”.

Luego se agregó “EVANGELIO según…” el autor. La respuesta a la pregunta de por qué se les llama “evangelios” es muy obvia a la luz de todo lo que hemos mencionado hasta el momento. Estos cuatro libros nos hablan no solo de Jesús como el Mesías, sino que nos expresan el contenido de la predicación de Jesucristo, lo cual él mismo llamaba “las buenas noticias del Reino”, “el evangelio del Reino de Dios” (Mat.24:14). Es interesante que Marcos es el único de los cuatro evangelios que declara que su libro precisamente es el “principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (Mr.1:1). Esto por supuesto aplica a Mateo, Lucas y Juan.

B- ¿Cuál es el contenido de los evangelios?

Los evangelios son mucho más que simplemente biografías de Jesús. De hecho contienen muy poco acerca de su niñez y sus primeros años, no dicen nada acerca de la adolescencia y juventud, pero tienen muchos detalles de su última semana de vida en la tierra.

Durante 30 años después de que el Señor resucitó, los apóstoles declaraban las buenas nuevas acerca de Cristo por la predicación verbal. Mientras tanto se coleccionaban algunos escritos acerca de lo que Jesús dijo e hizo. Eventualmente todos estos escritos y el testimonio oral de la gente que lo vio y lo siguió sirvieron para componer en distintos contextos, lo que hoy conocemos como los cuatro evangelios.

Los evangelios constituyeron una buena fuente de respaldo para la predicación apostólica, y con el paso del tiempo fueron aún más indispensables ya que la gente que había testificado sobre estos hechos eran cada vez menos por el paso del tiempo.

El contenido de los evangelios se basa tanto en el hecho histórico de Jesús como en la parte doctrinal de sus implicaciones. Este contenido se ha visto de manera parcial al haber estudiado cada uno de los evangelios; en este capítulo veremos una síntesis de ese contenido en sus dos aspectos, histórico y doctrinal.

C- Una Armonía entre los evangelios

Cada evangelio tiene sus características que lo hacen diferente el uno del otro, pero entre los cuatro nos dan una visión comprensiva de Jesús. En lugar de tener una sola fuente, o en lugar de no tener ninguna, tenemos cuatro ángulos o perspectivas que describen exactamente los mismos hechos.

Los autores de los evangelios se preocupan más por presentar una persona que por describir una historia acerca de esta persona. Tampoco les preocupa lo completo de la historia en cuanto a su significado. Las diferencias o las variaciones entre cada uno de los evangelios indican que son suplementarios sin habérselo propuesto humanamente hablando.

Muchos comentaristas han hablado del “problema sinóptico” refiriéndose con esto a la manera de explicar las diferencias y las coincidencias entre los relatos que hacen Mateo, Marcos y Lucas, ya que Juan escribió desde una perspectiva distinta. Griesbach (1745 – 1812) le llamó “sinóptico” a este concepto, que en griego significa “visión conjunta” y ha sido aplicado a los primeros 3 evangelios porque sus narraciones tienen mucho en común. En la tabla 1 se puede apreciar numéricamente la cantidad de referencias en las que Marcos coincide con el resto, trayendo muy pocas peculiaridades exclusivas. Juan por el contrario, al escribir desde otra perspectiva, mucho después que los primeros 3, posiblemente quiso agregar aspectos que no habían sido mencionados, y omitió aquellos que fueron más comentados por los anteriores. Por razones de propósito del curso, no entraremos en este debate para dar explicación, y sólo reiteramos que el Espíritu Santo inspiró a sus autores a escribir los detalles que Dios en su soberanía impregnó en la mente de cada uno de ellos como para que fueran plasmados en los manuscritos originales.

Tabla 1. Coincidencias y peculiaridades en los evangelios[1]



Evangelio
Peculiaridades
Coincidencias
Marcos
7
93
Mateo
42
58
Lucas
59
41
Juan
92
8

En la tabla 2 tenemos un resumen cronológico de los 13 temas o secciones en los que podemos segmentar todo el relato de los 4 evangelios si lo leemos en paralelo. En el anexo 1 mostramos el documento detallado con todos los textos de los cuatro evangelios.

La idea principal aquí es comenzar a observar la omisión o la peculiaridad textual de cada uno de los evangelistas a lo largo de la narración completa de lo que conocemos hoy según el Nuevo Testamento.

Tabla 2. Resumen cronológico temático de la armonía de los evangelios[2]

1
Un vistazo de Quién es Jesús
Mateo

Lucas
Juan
2
Los Primeros Años de Juan el Bautista


Lucas

3
Los Primeros Años de Jesucristo
Mateo

Lucas

4
Ministerio Público de Juan el Bautista
Mateo
Marcos
Lucas

5
Final Ministerio de Juan y Comienzo del Ministerio de Cristo (principalmente en Judea)



Juan
6
El Ministerio de Cristo en Galilea
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
7
El Ministerio de Cristo en alrededores de Galilea
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
8
El postrer ministerio de Cristo en Judea


Lucas
Juan
9
El Ministerio en los alrededores de Perea


Lucas
Juan
10
Presentación Formal de Cristo a Israel y el Conflicto Resultante
Mateo
Marcos
Lucas


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