lunes, 27 de julio de 2015

Hecho de los Apostoles



10 Hechos
Por Arturo Pérez
Tema 10. Hechos de los Apóstoles


I. Tema central del libro de Hechos.



“Tratado histórico de los eventos relacionados con el origen, crecimiento, persecución y expansión de la Iglesia de Jesucristo.”

  • Hechos es el puente entre los evangelios y las epístolas. ¿Cómo podríamos saber lo que pasó con los seguidores de Jesús después de su resurrección? Simples provincianos galileos, gente común, pescadores, que huyeron cuando Cristo fue arrestado; que se desilusionaron de manera incrédula porque no esperaban que resucitara de entre los muertos; que no tenían preparación académica para hablar o escribir con denuedo… ¿qué pasó con estos hombres? ¿qué cambió esa timidez y cobardía en entregar sus propias vidas por el evangelio? ¿Cómo pudieron estos “hombres sin letras” (Hch.4:13) trastornar de tal manera al mundo con sus escritos creando una cultura totalmente nueva basada en el evangelio de Jesús? ¿Cómo surgieron estas Iglesias a quienes los apóstoles escriben las epístolas del NT? ¿Cómo pudo suceder que un movimiento que comenzó entre judíos, que tuvo como centro un Mesías judío y que tenía como base Escrituras judías, se convirtiera en una religión adoptada por tan grande número de gentiles como se ve en la actualidad? El libro de Hechos explica esa parte de la historia.
  • El versículo clave que nos ayuda a entender el tema de Hechos es 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
  • Siendo el primer documento acerca de la historia de la Iglesia cristiana, Hechos recoge en sus páginas la respuesta inicial a la Gran Comisión de Mateo 28:19, 20 “…id, y haced discípulos a todas las naciones…”
    • Mientras en su primer tratado Lucas describe las cosas que Jesús “comenzó a hacer y enseñar” (Hch.1:1) en el segundo tratado sigue el relato de la obra que Jesucristo continuó haciendo y enseñando a través de Su Iglesia.
    • El libro de Hechos describe los primeros años de la expansión y persecución de los cristianos.
    • Provee información de las primeras 3 décadas de la Iglesia, un material que no encontramos en ningún otro lado del Nuevo Testamento.
  • El autor establece claramente que el poder que hizo posible la expansión del evangelio fue el Espíritu Santo de Dios.
  • El relato de Lucas muestra que el evangelio de Jesucristo tiene el poder de transformar la vida de las personas, por medio del Espíritu Santo, facultando a débiles hombres y mujeres con la capacidad de “trastornar el mundo el mundo entero.”
  • Humanamente hablando, los personajes centrales son Pedro y Pablo.
  • También se muestra que el catalizador para las misiones a los gentiles fue la Iglesia en Antioquia, no fue la Iglesia en Jerusalén.
  • Un tema que se repite es que el cristianismo no representaba una amenaza a la autoridad civil de Roma: cada vez que había una revuelta, era causada por los judíos o por otros oponentes del cristianismo, no por los cristianos.
  • El tema de Hechos es más histórico que doctrinal. Debemos reconocer que Hechos muestra algunas enseñanzas doctrinales. Por ejemplo que Jesús de Nazaret era el Mesías esperado por Israel; que el evangelio es ofrecido a todos los hombres (no solo a los judíos) y destaca muy especialmente la persona y la obra del Espíritu Santo. Sin embargo es saludable recordar que Hechos es un documento histórico que relata la manera en que transcurrieron los acontecimientos de la Iglesia de Jesús, a lo largo de los 30 años transcurridos después de su ascensión a los cielos.

Hacemos la aclaración porque existen pasajes que deben ser vistos como una descripción de una situación histórica y no como un precedente para crear una doctrina. Por ejemplo, hay textos que Hechos menciona donde los miembros de la primera Iglesia en Jerusalén vendían sus posesiones para la Iglesia. Esto fue un caso puntual de la Iglesia primitiva y no debemos interpretar que a todas las iglesias en el mundo y a todos los creyentes se les pide ceder sus propiedades personales para que pasen a ser propiedad de la iglesia, ya que el concepto de propiedad privada es extensamente mostrado en las Escrituras y Dios nunca ha promovido un estilo comunista o socialista. Dios ama al dador alegre y recompensa el espíritu generoso y advierte que el que siembra escasamente también segará escasamente. Pero esto es un tema diferente a tomar Hechos como “enseñanza” de que la Iglesia debe mancomunar todas las propiedades de los miembros de la Iglesia, cosa que no enseña el Nuevo Testamento en ningún lado, pero que Hechos describe en un momento histórico cuando la Iglesia está en sus inicios.

Así que no debemos tomar el libro de Hechos como un manual doctrinal de lo que debe ser la Iglesia de hoy, como cuando leemos las epístolas (especialmente las epístolas pastorales), sino que debemos tomar a Hechos como la historia inspirada por Dios de la manera maravillosa en que el Jesucristo continuó su obra a través del poder del Espíritu Santo.


II. Autor, fecha en que fue escrito y tiempo que cubre.

El autor
Como vimos al examinar el tercer evangelio, Lucas escribió una obra histórica de dos volúmenes, el evangelio según Lucas y el libro de Hechos. (Ver notas del evangelio de Lucas con el tema del autor).

Fecha de escritura y lugar
Probablemente fue escrito alrededor del año 65 DC. No sabemos dónde fue escrito el libro de Hechos. ¿Tenía alguna parte escrita antes de acompañar a Pablo a Roma? ¿Pudo guardar sus manuscritos a pesar del naufragio en la isla de Malta? ¿Concluyó su libro en Roma durante los dos años que Pablo vivió en una casa alquilada? Algunos conjeturan que Lucas escribió estando en Acaya y otros dicen que fue en Roma. Realmente no tenemos ese dato.

Tiempo que cubre
Cubre unos 30 años, del 30 DC al 60 DC. Desde la ascensión de Jesucristo hasta el momento en que Pablo habita en Roma cuando apela a César.

III. Destinatario y propósito

Destinatario
El destinatario de Lucas en Hechos también fue Teófilo (Lc.1:3; Hch.1:1). Repetiremos lo que dijimos sobre el autor del tercer evangelio. Se presume que Teófilo era un hombre de clase alta a quien se le llama aquí por su nombre de pila (gr. qeofile ), que significa literalmente “amante de Dios” o “amado de Dios” (Theos es Dios; Fileo, amor). El epíteto “excelentísimo” se aplica generalmente a oficiales o miembros de la aristocracia. Se especula que pudo haber sido un convertido de Lucas, o un benefactor que asumía la responsabilidad por la circulación de las producciones literarias de Lucas.

Propósito
Como Hechos es una segunda parte de la obra que Lucas comenzó con su Evangelio, debemos tomar el mismo propósito de Lucas 1:1-4 donde él explica que escribía estas cosas para que Teófilo tuviera un “conocimiento completo de la verdad”. En Hechos Lucas continúa el relato de lo sucedido con la Iglesia después de la ascensión de Cristo a los cielos. El origen de la iglesia, su crecimiento y su expansión. Ver Hechos 1:1.




IV. Contenido

Habíamos mencionado que Hechos 1:8 nos ayuda a entender el tema y el desarrollo del relato de Lucas en su segundo tratado histórico que llamamos Hechos de los Apóstoles. Por eso, vamos a tomar el bosquejo que propone John MacArthur.[1]

“…y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. (Hch.1:8b)
  
(1:1–8)
Prólogo
(1:9–8:3)
I. El Testimonio en Jerusalén
(1:9-26)
A. La Anticipación de la Iglesia
(2:1-47)
B. La Fundación de la Iglesia
(3:1-8:3)
C. El Crecimiento de la Iglesia
(3:1-5:42)
     1. Apóstoles: Predicando, sanando, y soportando persecución
(6:1-8:3)
     2. Diáconos: Orando, enseñando, y soportando persecución
(8:4–12:25)
II. El Testimonio en Judea y Samaria
(8:4–25)
A. EL Evangelio a los samaritanos
(8:26–40)
B. La Conversión a los gentiles
(9:1–31)
C. La Conversión de Pablo
(9:32–43)
D. El Evangelio a Judea
(10:1–11:30)
E. El Evangelio a los Gentiles
(12:1–25)
F. La Persecución por Herodes
(13:1–28:31)
III. El Testimonio Hasta lo Ultimo de la Tierra
(13:1–14:28)
A. Primer Viaje Misionero de Pablo
(15:1–35)
B. El Concilio de Jerusalén
(15:36–18:22)
C. Segundo Viaje Misionero de Pablo
(18:23–21:16)
D. Tercer Viaje Misionero de Pablo
(21:17–26:32)
E. Pruebas de Pablo en Jerusalén y Cesarea
(27:1–28:31)
F. Viaje de Pablo a Roma

V. Resumen del libro

Lucas relata cómo fue que se originó y extendió la iglesia cristiana. Lo hizo el Señor a través del Espíritu Santo y la predicación de la Palabra. Los primeros 8 versículos del documento nos explican que después que Jesús resucitó apareció a sus discípulos en varias ocasiones hasta que fue con ellos al Monte de los Olivos para despedirse antes de ascender a los cielos.

Los discípulos siguen preguntando por la restauración del Reino de Dios (Hch.1:6), ya que el Mesías había vencido en la cruz y ellos esperaban que Israel fuese la capital de este Reino de Dios. Se nota que no había una conciencia madura en cuanto a la extensión del Reino de Dios en todas las tribus, lenguas y naciones. De hecho, como ellos eran todos judíos, la manera de pensar tan “exclusiva” acerca de ser los únicos receptores de la bendición de Dios, creó problemas en la historia de la Iglesia primitiva como en el caso de Cornelio en Hechos 10, los esparcidos en la primera persecución que sólo predicaban a los mismos judíos en Hechos 11:19, y el caso del concilio de Jerusalén en Hechos 15 cuando los apóstoles tuvieron que discutir sobre las costumbres que deberían adoptar los gentiles cristianos.

Cristo respondió a la pregunta de la “restauración del reino” diciéndoles que no les tocaba a ellos saber los tiempos en que esto ocurriría, pero que ellos recibirían poder cuando viniera el Espíritu Santo prometido y entonces ellos darían testimonio en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.

Peter Jeffery sugiere un listado cronológico que nos puede ser de mucha ayuda para entender la cronología del libro de Hechos:[2]

Fecha
Evento
Texto
30 DC
El nacimiento de la iglesia
Hech.1-2
34 DC
La conversión de Pablo
Hech. 9
46-47 DC
Primer viaje misionero de Pablo
Hech.13-14
48 DC
Concilio en Jerusalén
Hech 15
48-51 DC
Segundo viaje misionero de Pablo
Hech 15:36–18:22
53 DC
Comienzo del tercer viaje misionero
Hech.18:23
54-57 DC
Ministerio de Pablo en Efeso
Hech. 19
57-58 DC
Pablo en Grecia
Hech.20
58-60 DC
En prisión en Cesarea
Hech.24-26
60-61 DC
Viaje de Pablo a Roma
Hech.27-28

A. El Testimonio en Jerusalén (1:9 – 8:3)

En el capítulo 2 de Hechos se relata la venida del Espíritu Santo tal como el Señor lo prometió. Jeffery anota muy atinadamente que lo más importante de Pentecostés no es el sonido del viento recio, ni las lenguas de fuego ni los idiomas que los cristianos fueron capaces de hablar, sino el hecho de que la gente comprendió las maravillas de Dios. 3,000 personas se convirtieron, las señales continuaban y la gente impresionada preguntaban “¿qué haremos?” y la respuesta es constante en toda la historia de Hechos: “arrepentíos”. La iglesia naciente se caracterizaba por el amor, la comunión y la unidad, pero se manifestaron algunos problemas internos como el caso de la mentira de los esposos Ananías y Safira en Hechos 5 y la queja de las viudas griegas que eran desatendidas en las mesas, lo cual trajo como solución escoger a los primeros diáconos en Hechos 6:1-7.

Luego de una continua persecución que obliga a los hermanos dispersarse vemos en el capítulo 7 a Esteban siendo el primer mártir de la Iglesia, el cual murió apedreado por los judíos bajo el consentimiento de Saulo de Tarso, quien luego fue también siervo de Jesucristo y proclamador de la fe que una vez asolaba, este mismo hombre es el que conocemos como el Apóstol Pablo.

B. El Testimonio en Judea y Samaria (8:4–12:25)

Como dijimos, la persecución obligaba a los hermanos diseminarse y continuar predicando la palabra en otros lugares (11:19). El capítulo 8 nos relata sobre las bendiciones que el Señor continuó haciendo, y cómo Felipe, diácono y evangelista de la Iglesia, es movido por el Espíritu a predicar la palabra a un etíope que finalmente creyó y fue bautizado.

El capítulo 9 narra uno de los episodios más sorprendentes: la conversión de Saulo de Tarso el enemigo de la iglesia de Jesucristo. Esto fue algo tan inesperado que la mayoría de los cristianos dudaban que fuera cierto que Saulo fuera un creyente como ellos (Hch.9:21, 26) hasta que fue recibido paulatinamente siendo ayudado al principio de su experiencia por Ananías un siervo cristiano de Damasco que fue movido por el Espíritu Santo a guiar a Saulo (Hch.9:10-20) y luego fue introducido por Bernabé (Hch.9:27).

Los capítulos 10 (conversión del gentil Cornelio con toda su casa) y 11 (conversión de gentiles oriundos de otros lugares comenzando por Antioquía) nos relatan cómo el evangelio continuaba expandiéndose conforme al mandato de Jesucristo, para que se predicara no solamente en Jerusalén, sino más allá de Judea, Samaria y los confines de la tierra, y no sólo a los Judíos (11:19b) como ellos estaban haciendo al principio porque no tenían esa instrucción específica, sino también a hombres de todas las naciones.

Dios usó una visión donde ordenaba a Pedro comer ciertos alimentos que no eran “limpios” para los judíos, con el propósito de que Pedro entendiera que lo que Dios llama limpio el hombre no puede llamarlo inmundo, refiriéndose a la predicación a los gentiles. Fue pues a casa de Cornelio, predicó a los gentiles, el Espíritu Santo les dio convicción de pecados, les dio el don del arrepentimiento, y fueron regenerados para salvación. Pedro tiene entonces que convencer a los demás discípulos en su relato del capítulo 11 ya que naturalmente ellos estaban prejuiciados en cuanto a estas cosas, hasta que al fin clamaron “¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (11:18). De todas formas ellos siguen por el momento predicando a los judíos (11:19).



C. El Testimonio Hasta lo Último de la Tierra (13:1–28:31)

El avance significativo de predicación a los gentiles realmente se produce en Antioquía cuando se le predica a los griegos y un buen número de ellos se convirtió. Esta iglesia en Antioquía fue la que envió a los primeros misioneros: Pablo y Bernabé (Hch.13:1-3).

Luego de un estremecedor encuentro con el Jesús resucitado camino a Damasco Pablo dio un giro completo a su vida y no sólo se convirtió a Jesucristo, sino que vino a ser la figura principal del cristianismo en Occidente.

En sus cartas a las Iglesias del Nuevo Testamento, Pablo hace referencia a sus frecuentes viajes y a los constantes peligros que enfrentó. Tres de esos viajes misioneros fueron registrados por Lucas en Hechos. El cuarto viaje narrado en Hechos es el viaje de Pablo a Roma como prisionero que apeló a César.

Primer viaje (Hch.13 y 14)
El primer viaje llevó a Pablo y Bernabé de su base en Antioquía de Siria por barco hasta Chipre (entrando por Salamina y saliendo por Pafos, donde se convirtió el procónsul Sergio Paulo), y desde allí a la región que hoy día es Turquía: Perge, Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. Luego regresaron por la misma ruta y tomaron el barco de regreso a Antioquía. Juan Marcos había regresado de vuelta a su casa cuando iban por Perge. La fecha era entre el 45 y el 46 DC.

Este primer viaje experimentó oposición (13:8), desaliento (13:13; 15:37,38) pero también bendición ya que su reporte al regreso del mismo fue alentador para la iglesia de Antioquía (13:27).

En el caítulo 15, después del primer viaje y antes del segundo viaje de Pablo, vemos una importante reunión de los principales líderes del evangelio: el Concilio de Jerusalén. La llegada del evangelio en Asia Menor con la conversión de estos gentiles trajo un planteamiento que debía discutirse seriamente y tomar una decisión. ¿Tenían que convertirse en judíos prosélitos aquellos gentiles que se convirtieran en cristianos? Los judaizantes decían “por supuesto que sí”; Pablo y Bernabé dijeron “rotundamente NO”. En este concilio se escuchan ambas posiciones y se promulga un decreto formal en el que se rechaza a los judaizantes aprobándose la posición de Pablo y Bernabé, y reconociéndose claramente la libertad de los gentiles respecto a la ley ceremonial.

Sólo se mantuvieron cuatro reglas (Hch.15:19-20) de las cuales tres eran ceremoniales y una de aspecto moral. Las prohibiciones no fueron impuestas como si tuviesen que cumplir ciertas leyes ceremoniales para ser salvos sino para resolver un problema práctico en las comunidades judías.

Segundo viaje (Hech 15:36–18:22)
El segundo viaje, uno o dos años más tarde (48 al 51 DC) incluyó una estadía de 18 meses en Corinto. Esta vez Pablo tomó a Silas con él, luego de un desacuerdo con Bernabé por causa de Juan Marcos.

Fueron por tierra desde Antioquía re-visitando las iglesias establecidas en el primer viaje y se unieron a Timoteo en Listra. De esta región fueron a la costa de Troas y de alló zarparon a la parte norte de Grecia entrando por Filipos. De Filipos fueron a Tesalónica, luego a Berea, luego Atenas, hasta que llegaron a Corinto donde permanecieron por 18 meses, y desde la costa de Corinto tomaron un barco para cruzar hasta Efeso, luego cruzaron el Mediterráneo hasta Cesarea. De Cesarea fueron a Jerusalén, Damasco y finalmente de regreso a Antioquía.

Tercer viaje ( Hech.18:23-21:16)
El tercer viaje (a principios del 53 DC) Pablo y sus compañeros fueron otra vez por tierra hasta Galacia y Frigia (Turquía) para fortalecer espiritualmente a los hermanos. Ellos se quedaron más de dos años en Efeso donde la respuesta a las buenas nuevas acerca de Jesús era tan real que los plateros que hacían ídolos de plata de la diosa Diana de los efesios hicieron un piquete en protesta porque su negocio iba a sucumbir porque no se vendían los ídolos.

Desde Efeso Pablo fue a Filipos, Corinto y de regreso Pablo tomó un barco por toda la costa desde Troas a Asón, Mitilene (en la isla de Lesbos), Mileto, Rodas, Pátara, y finalmente un recorrido marítimo más largo hasta Tiro pasando al sur después por Tolemaida y Cesarea hasta llegar a Jerusalén.

Estos tres viajes cobren un período de aproximadamente 10 años. Cuando el apóstol regresó a Jerusalén, fue recibido cálidamente por los cristianos, pero luego se encontró en problemas con los judíos (21:27-36) y finalmente fue arrestado por falsas acusaciones. El odio era tan grande hacia Pablo que las autoridades romanas tuvieron que llevarle a Jerusalén y a Cesarea donde pasó dos años en prisión (capítulos 24 y 26) hasta que se le envió a Roma para defender su caso ante César.

Durante los dos años en los que Pablo está en prisión antes de ir a Roma, él aprovechó cada oportunidad para predicar el evangelio, y pudo predicar con libertad a Félix sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero. Aunque fue impactado por la Palabra, permaneció en incredulidad (Hch.24:25-26). El sucesor de Félix fue Festo, quien desechó el evangelio considerándolo una locura (Hch.26:24). El rey Agripa no quedó indiferente. Sus palabras en Hch.26:28 parecen dar la idea que estuvo cerca de convencerse del evangelio.

Viaje a Roma (Hch.27 y 28)
Pablo fue arrestado en Jerusalén así que pasó los próximos dos años en prisión (58 al 60 DC) antes de apelar a Cesar, un derecho legítimo que tenía como ciudadano romano, y partir hacia Roma. Este cuarto viaje, iniciado en otoño, era muy diferente del resto. Aunque Pablo tenía a Lucas con él, estaba bajo custodia. El barco zarpó por una desatinada decisión del capitán desde Creta, y se encontró con un viento huracanado que los arrastró hasta la isla de Malta, al sur de Sicilia donde tuvieron que pasar tres meses hasta que otro barco los llevó a Roma. Al llegar a Roma continuó dos años bajo en prisión domiciliaria y continuaba predicando las buenas noticias de Cristo mientras esperaba el juicio delante de César.

Como muchos comentaristas han notado, el libro termina abruptamente con Pablo predicando y enseñando el evangelio de Jesucristo. El libro nos muestra la transición del reino de Israel como nación a toda la humanidad, al judío y también al griego. Cuando la transición se realizó, la historia concluyó. Se muestra claramente cómo Jesucristo, que vino a Israel y fue rechazado, es ofrecido a los gentiles. De ahí en adelante, no hay diferencia entre judíos y no judíos, sino entre creyentes y no creyentes.

VI. Peculiaridades

A. Palabras claves o ideas características

·        El relato histórico es selectivo (no abarca toda la historia, ni toda la geografía, ni a todos los líderes). Se concentra más en el ministerio de Pedro y de Pablo y no habla de la obra misionera en otras partes de la geografía, como Egipto, donde surgió una iglesia vigorosa. Y del mismo Pablo no relató muchos eventos que relatados en sus cartas.
·        El libro no tenía ningún título sino que fue agregado en el siglo II (“Hechos de los Apóstoles”) y el mismo tiende a confundir.
o       Para Lucas este era el “segundo tomo” de su primer tratado a Teófilo. El no escribió la palabra “Hechos” ni “de los apóstoles”.
o       ¿Hechos de los apóstoles? No habla del ministerio de los demás apóstoles, sólo de Pedro y de Pablo.
o       ¿Hechos del Espíritu Santo? Es posible, porque habla mucho de la obra del Espíritu Santo, pero no se limita al Espíritu, porque en el 1:1 dice que en el primer tratado habló de las cosas que Jesús “empezó a hacer ya enseñar”, o sea que ahora Lucas continúa explicando la obra que Jesucristo hace para desarrollar la iglesia en Jerusalén, Samaria, Asia Menor, Grecia e Italia.
o       ¿Hechos? La brevedad de este título es atractiva pero carece de sentido descriptivo y otros autores anteriores a Lucas, como Ciro y Alejandro el Grande usaron ese título en sus obras.

·        Hechos es un documento misionero, con la gran comisión de 1:8 como clave para su estructura. “Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

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