lunes, 27 de julio de 2015

Carta a los Efesios



14 Efesios
Por Arturo Pérez
Tema 14. Epístola del Apóstol Pablo a los Efesios

La carta que Pablo escribió a la Iglesia de Efeso es más un sermón o tratado teológico que una carta personal, ya que no se observan las características propias de las cartas más personalizadas como las de Corinto, Galacia, Filipos o Filemón. Esta carta se dirigió a creyentes con cierta madurez en la fe que necesitaban aprender enseñanzas más profundas para incrementar más su conocimiento del Señor. Unos 30 años después que Pablo escribe esta epístola, el Señor Jesucristo le envía un mensaje especial por medio del Apóstol Juan en Apocalipsis, elogiándolos por su firmeza doctrinal, su arduo trabajo, su paciencia, y su oposición a las herejías, pero también los amonesta por haber dejado su primer amor (Apoc.2:1-7).

Introducción

Más adelante veremos que esta epístola probablemente fue una encíclica (circular) que se haría leer en las Iglesias de Asia Menor, comenzando por Efeso, que era la capital de esta región. Sin embargo, siendo Efeso la iglesia donde aparentemente Pablo pasó más tiempo ministrando personalmente, y donde tenía tantos lazos de amor, es completamente razonable pensar que durante el tiempo en que Pablo estuvo preso en Roma sus pensamientos estuvieran con sus hermanos en la ciudad de Efeso y zonas circundantes.

Por eso, aunque pensamos que es muy posible que Pablo escribiera esta carta para ser leída en varios lugares, tendremos en mente a Efeso como ciudad principal para fines del estudio que nos compete.

Fundación de la iglesia de Efeso
Pablo visitó por primera vez la ciudad de Efeso al final de su segundo viaje antes de partir de regreso para Jerusalén, cuando dice Hech.18: 18, 19 que habiendo salido de Corinto (Cencrea) “llegó a Efeso, y los dejó alló (a Priscila y Aquila) y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Efeso.”

Así que el evangelio fue introducido a Efeso por Priscila y Aquila, una pareja con dones excepcionales (Hch.18:26) que fueron dejados por Pablo mientras él regresaba a Jerusalén en el Segundo Viaje misionero.

En el Tercer Viaje misionero, Pablo permanece unos 3 años en Efeso ministrando en la iglesia que se había fundado en esta ciudad la cual amó profundamente (Hch.20:31, 36-38). Es interesante que en su discurso de despedida, Pablo les advierte contra los falsos maestros y les exhorta a pastorear la Iglesia de Dios que fue ganada por la sangre de Cristo, y les dice que él está libre de responsabilidad porque les ha predicado todo el consejo de Dios.

Después que Pablo se va de Efeso, Pablo deja a Timoteo para pastorear la congregación quizás por un año y medio, principalmente para enfrentar la falsa enseñanza de unos pocos líderes negativos (como Himeneo y Alejandro) dentro de la congregación (1Ti.1:3, 20).

A causa de estos hombres, la iglesia de Efeso estaba plagada de “fábulas e interminables genealogías” (1Ti.1:4) y por ideas ascetas y en contra de las Escrituras como por ejemplo la prohibición del matrimonio y la abstención de ciertos alimentos (1Ti.4:3). Aunque estos falsos maestros no entendían correctamente la Escritura, enseñaban sus interpretaciones impías con mucha confianza (1Ti.1:7), lo cual producía en la iglesia “disputas más que edificación que es por la fe” (1:4). Unos 30 años después que Pablo escribe esta epístola, el Señor Jesucristo le envía un mensaje especial por medio del Apóstol Juan en Apocalipsis, elogiándolos por su firmeza doctrinal, su arduo trabajo, su paciencia, y su oposición a las herejías, pero también los amonesta por haber dejado su primer amor (Apoc.2:1-7).

I. Tema central de la carta a los Efesios.



“El propósito eterno de Dios de unir todas las cosas en Cristo, en y a través de Su Iglesia.”

El término iglesia en Efesios no se refiere a una congregación local, sino más bien a la Iglesia Universal de Jesucristo. El término indica aquí el cuerpo (1:22,23; 4:4,16; 5:23,30); el edificio (2:19-22); y la esposa (5:25-27,32) de Cristo; la totalidad de los salvados por medio de la sangre de Cristo, sean judíos o gentiles que tienen acceso por medio de Cristo, en un mismo Espíritu, al Padre.

La unidad de todas las cosas en Cristo – es un tema único en las epístolas de Pablo. Pablo utiliza este concepto de unión en Cristo para explicar la importancia de la unidad en todos los aspectos de la vida cristiana, por ejemplo, la unidad en la iglesia local, la unidad entre judíos y gentiles, la unidad en el matrimonio, la unidad en la familia, o la unidad en las relaciones laborales. Todos los creyentes que hemos venido a formar parte del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, somos uno y estamos unidos, en Cristo. Esta unidad en Cristo en Su Iglesia, es el medio por el cual el plan universal de Dios es consumado.

  •  (Dios) se había propuesto… de reunir todas las cosas en Cristo… así las que están en los cielos, como las que están en la tierra (Ef.1:9b,10)
  • Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (2:7)
  • Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. (2:13-17).
  • A Pablo le fue encomendado predicar el misterio que le fue revelado: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, (la iglesia) y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio (3:6)
  • conforme al propósito eterno que hizo (Dios) en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él (3:11-12)
  • a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. (3:21)
  • solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. (4:3-6)
  • (Dios ha dado dones a la iglesia) a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (4:12-13)
  • Sometiéndonos unos a otros en el temor de Dios para mantener la unidad en Cristo (5:21)
  • La unidad del esposo y la esposa así como Cristo está en unión con su Iglesia (5:25-33)
  • Los hijos deben someterse en el Señor a sus padres (6:1-3)
  • Los padres deben criar sabiamente a sus hijos en el Señor (6:4)
  • Los empleados deben servir a sus empleadores como si fuera a Cristo (6:5-7)
  • Los empleadores deben tener en mente que es el mismo Dios de siervos y amos al que servimos porque Dios no hace acepción de personas (6:9)
  • Debemos todos fortalecernos en el Señor vistiendo la armadura de Dios (6:10-17).

Si Romanos es ejemplo de la clase de enseñanza que Pablo quería presentar a esta iglesia en su primera visita como carta de presentación, Efesios es una muestra de lo que sería una “conferencia bíblica” dada por el mismo apóstol. Gran parte del material de Efesios se encuentra en esencia en otros escritos de Pablo, sin embargo el conjunto combinado del contenido de Efesios nos explica cómo funciona la Iglesia de Cristo, formada por judíos y gentiles, equipado con los dones impartidos por El, y comprometidos todos en la lucha espiritual teniendo como meta la “unidad de la fe”, “el conocimiento del Hijo de Dios”, “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (4:13).

II. Autor, Lugar y Fecha en que fue escrita.

El autor: el Apóstol Pablo

Lugar y Fecha
Pablo estaba preso en Roma luego de que apeló a Cesar y llegó hasta allí en un accidentado viaje. Este es conocido como su primer encarcelamiento. Esto ocurre entre el año 60 al 63 DC.

En ese momento, mientras estaba preso en Roma, Pablo escribe a Filemón, a los Colosenses, a los Efesios, y a los Filipenses. De ahí que estas son llamadas “las epístolas de la cautividad de Pablo”.

El mensajero que llevó la epístola fue Tíquico que acompañó a Onésimo (Ef.6:21; Col.4:7-9). Cuando Pablo las escribió, estaban con él Aristarco, que había sido uno de los delegados a Jerusalén (Hch.20:4), Epafras originario de Asia, Lucas “el médico amado”, y Demas. Marcos se había reunido con Pablo y aparentemente tenía planeado viajar a Asia (Col.4:10). El hecho de que estos nombres se mencionen (uno de ellos en Efesios) en las cartas a Colosas y a Filemón, indica que dichas epístolas fueron escritas casi al mismo tiempo.

La carta a los Efesios fue escrita después de que habían sido fundadas numerosas congregaciones, y de que Pablo había tenido oportunidad de contemplar el significado de la nueva organización que se había formado fruto de la obra del Espíritu de Dios en medio de la Iglesia de Cristo. De ahí que Pablo se refiere a la “Iglesia” en el sentido universal de la palabra, esto es, no “la iglesia local” sino la iglesia universal, el cuerpo de Cristo.

A continuación repetimos el cuadro cronológico de la vida ministerial de Pablo para recordar la ubicación histórica que nos ocupa en este tema de Efesios.

Bosquejo de la vida de Pablo. Adaptado desde Peter Jeffery, “De Piedra en Piedra”; El Estandarte de la verdad; Gran Bretaña; 2000.

Fecha
Evento de Pablo
Referencia
34 DC
Conversión de Pablo
Hch.9:1-9
37-46
Pablo en Damasco: Arabia, Jerusalén; Tarso; Antioquía; de nuevo en Jerusalén
Hch.9:19-30; Gal.1:15-17; Hch.11:25-26; Gal.2:1
47
Primer viaje misionero: Sale de Antioquía (Siria); va a Chipre; Antioquía de Pisidia; Iconio; Listra; Derbe (ciudades al Sur de Galacia)
Hch. 13 & 14
48
Concilio en Jerusalén
Hch. 15
48-51
Segundo viaje misionero: Sale de Antioquía; Cilicia; Derbe; Listra; Macedonia; Filipos; Tesalónica; Berea; Atenas; Corinto (donde escribe Gálatas y 1&2 Tesalonisenses); sigue a Efeso; Antioquía
Hch.15:36 – 18:22
53
Tercer viaje misionero: Sale de Antioquía; Galacia; Frigia; Efeso (permaneció allí 3 años, 54-57DC) y escribe 1Corintios)
Hch. 18:23-19:41
57-58
Tercer viaje misionero continúa. Escribe 2Corintios, probablemente en Filipos. Macedonia; Troas, Mileto; Rodas; Tiro; Cesarea; Jerusalén. Escribe Romanos probablemente desde Corinto.
Hch.20:1 – 21:17
58-60
Dos años de encarcelamiento en Jerusalén y Cesarea
Hch.21:27 – 26:32
60-61
Viaje a Roma
Hch. 27
61-63
Prisión en Roma. Escribió Colosenses, Filemón, Efesios y Filipenses.
Hch. 28
63-65
Hechos se termina en el 61-63 con Pablo en Roma bajo arresto domiciliario. Algunos piensan probable que fuera libertado y tuviera actividad misionera. Durante estos años escribe 1Timoteo y Tito
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66-67
El segundo encarcelamiento en Roma. Escribe 2Timoteo poco antes de su muerte.
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III. Destinatarios y propósito

¿A Efeso?
Recordemos que las epístolas y libros en general del Nuevo Testamento carecían de un “título”, o bien, el título que hoy conocemos, no era parte del documento original. En ese sentido:

  • Las palabras “ En Efeso” no se encuentran presentes en los manuscritos más importantes.
  • El testimonio de los padres de la iglesia parece indicar que las palabras “En Efeso” tampoco estaban en el original porque defendían la idea de que realmente la epístola fue enviada a los Efesios aunque no lo especificaba.
  • Hay algunos puntos en la carta de Efesios que son difíciles de concordar con la idea de que Pablo esté escribiendo a una iglesia que le era bien conocida porque él mismo la pastoreó y la fundó. Por ejemplo:
    • 1:15 “habiendo oído de vuestra fe” (como si no lo conocieran personalmente).
    • 3:1-2 “Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros”. Esto da la idea, no tanto de que ellos supieran acerca del ministerio que Cristo le dio para con los gentiles, sino que parece como si ellos no conocieran personalmente a Pablo.
    • Hay una extraña ausencia a cualquier referencia del tiempo que Pablo estuvo específicamente en Efeso, donde pasó mucho tiempo pastoreando a estos hermanos.

A los hermanos en Asia Menor relacionadas con Efeso.
Todos estos factores han llevado a muchos a la conclusión de que Efesios puede haber sido escrita como una carta encíclica dirigida a iglesias relacionadas geográficamente con Efeso. Un texto que para nosotros arroja mucha luz es Hechos 19:10 donde, en el contexto de la visita de Pablo a Efeso, dice “Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.”

Siendo Efeso la capital de la provincia romana de Asia Menor en ese momento histórico, pensamos que la epístola sería canalizada por esta Iglesia haciéndose circular por las demás iglesias relacionadas, como se hizo con la de Colosas (Col.4:16).

Propósito
Por el contenido, se infiere que el intento de la carta es informar a los gentiles de su nuevo llamamiento, explicando el misterio del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, en el cual no hay judío ni gentil, siervo ni libre, sino creyentes en Cristo.

IV. Contenido de Efesios

(1:1, 2)
I. Salutación
(1:3–3:13)
II. El propósito de Dios para la Iglesia
(3:14–21)
III. La Plenitud de Dios para la Iglesia
(4:1–6)
IV. El Plan de Dios para la Vida Fiel en la Iglesia
(4:7–16)
V. El Hijo de Dios da Dones y Edifica la Iglesia
(4:17–32)
VI. El Patrón de Dios y los Principios para los Miembros de la Iglesia
(5:1–21)
VII. Los Estándares de Dios para la Fidelidad en la Iglesia
(5:22–6:9)
VIII. Los Estándares de Dios para la Autoridad y la Sumisión en la Iglesia
(6:10–17)
IX. Provisión de Dios para las batallas espirituales de Sus hijos
(6:18–20)
X. La Voluntad de Dios para la Oración en la Iglesia
(6:21–24)
XI. Bendición
(Ver Anexo 1 si desea estudiar un bosquejo detallado de Efesios).


V. Resumen de Efesios

A lo largo de la carta a los Efesios, el tema preponderante es la iglesia de Cristo. En la primera mitad de la epístola Pablo presenta el propósito soberano de Dios en salvar a sus escogidos para formar parte de la Iglesia como parte de su plan redentor (1:4, 5, 9, 11, 13, 20; 2:4, 6, 10; 3:11). Y en la segunda mitad de la carta Pablo hace un énfasis en la manera en que los creyentes de la Iglesia deben andar (4:1, 17; 5:1, 8, 15) en contraste con la manera anterior cuando eran incrédulos (2:1).

En el capítulo 1 de esta epístola, vemos cómo Pablo se esfuerza por dar a conocer a los hermanos de Efeso y las ciudades donde esta carta habría de ser leída, todos los elementos que se conjugaron en la salvación de sus almas. Podemos decir que el tema principal que Pablo desarrolla en esta sección de la carta, desde el capítulo 1 versículo 1 hasta el capítulo 2 versículo 10, es la soteriología, la doctrina de la salvación. (Soter= gr. Salvación)

Pablo dice a estos hermanos que ellos fueron elegidos en Cristo desde antes
de la fundación del mundo, predestinados para ser adoptados como hijos de
Dios, redimidos en la sangre de Cristo, perdonados y purificados “según las
riquezas de Su gracia”, y sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
asegurando así la salvación de cada uno de ellos. Todo esto lo hizo Dios por la salvación individual de cada uno de Sus hijos. 

Pero de la misma manera en que Pablo se esfuerza en explicar a estos creyentes la doctrina de la salvación (soteriología) a todo lo largo del capítulo 1, y en los primeros 10 versículos del capítulo 2, a partir del versículo 11 del capítulo 2 y a través del resto de la epístola, su tema primordial es la Iglesia (eclesiología).

En otras palabras, aunque es bien cierto que Dios nos salva individualmente, no es el propósito de Dios que Su pueblo viva individualmente, independientemente, aislados unos de otros, desconectados unos de otros, despreocupados unos de otros, sin ningún tipo de relación entre sí.

Esos individuos que han sido traídos a la salvación, individualmente por la gracia de Dios, ahora forman parte de una comunidad de creyentes, unidos por el vínculo del Espíritu Santo, teniendo todos, una misma fe, un mismo Señor, un mismo Dios y Padre.

Cristo vino al mundo y derramó Su sangre en la cruz del calvario, no sólo para salvar individuos, sino también para crear esa comunidad de creyentes que llamamos “la Iglesia”.

Ef. 2:12 “en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”. Estos gentiles no sólo tenían el tremendo problema de estar alienados de Cristo, separados de Cristo, sino que también estaban, consecuentemente, “alejados de la ciudadanía de Israel”. Estos gentiles no tenían parte ni suerte con el pueblo de Dios, estaban excluidos de esa comunidad de hombres y mujeres que recibían los beneficios de los tratos de Dios para con ellos a través de los diversos pactos: tos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”.

Pero ahora en Cristo Jesús” (2:13) la situación ha cambiado drásticamente. “Vosotros que en otro tiempo estabais lejos”, vosotros que no podíais tener comunión con el pueblo de Dios, y que no podíais disfrutar de las bendiciones plenas que ese pueblo disfrutaba en el antiguo pacto, “habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”.

Pero no sólo eso: estos gentiles que antes estaban alejados de la ciudadanía
de Israel, que no formaban parte del pueblo de Dios, ni disfrutaban de todos
los privilegios y beneficios que esto implicaba, ahora son parte de esa comunidad (2:14: “porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno”). 

¿Cómo fue esto logrado? Sigue diciendo Pablo en los versículos 14b-15: “derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas”.

Todas esas leyes ceremoniales y dietéticas de la ley de Moisés separaban al
judío y al gentil de tal modo que ni aun podían comer juntos. Pero Cristo vino y derramó Su sangre en la cruz, no sólo para que individuos sean salvos y continúen caminando por este mundo individualmente, separados de todos los
otros individuos que son también salvos. No. La muerte de Cristo ha hecho posible también que todos estos individuos salvados, sin importar ahora de dónde provengan, sin importar idioma, cultura o nacionalidad, sean uno en Él. (Ver Ef.2:15-16).

El apóstol Pablo quería que estos creyentes gentiles de Efeso y las ciudades de Asia Menor entendiesen estas cosas. Tan importante es para Dios revelar este misterio, que el apóstol Pablo fue comisionado por Cristo, especialmente para proclamar, clarificar, y establecer esta verdad (Ef. 3:3-7).

El llamamiento particular del apóstol Pablo no era simplemente el de predicar el evangelio para que un individuo aquí y otro individuo allá fuesen salvos, sino que Pablo fue comisionado por Cristo a predicar el evangelio poniendo un énfasis mayor en los gentiles, con el propósito de verlos inmersos en esta nueva comunidad de creyentes “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”.

Es por eso que insistimos en afirmar que la Iglesia no es “un accidente en el plan de Dios”; la Iglesia no es un plan de última hora que tuvo que ser introducido porque los judíos rechazaron al Mesías. Dios había determinado en la eternidad manifestar Su gloria, Su sabiduría, Su poder, a través de la Iglesia. Ese fue el propósito original de Dios desde la eternidad: traer a los gentiles a la fe en el Señor Jesucristo y unirlos en un solo cuerpo con los judíos creyentes para hacer de ambos pueblos uno solo, la Iglesia, el pueblo de Dios del nuevo pacto.

Pablo le dijo a los pastores de Efeso en Hechos 20 al despedirse de ellos que pusieran todo empeño en pastorear la Iglesia de Dios que había sido ganada con la sangre de Cristo, y por tanto, es deber de los pastores de la Iglesia enseñar estas cosas; pero también y es deber de los miembros practicar en su andar los principios de la piedad de tal modo que la Iglesia pueda reflejar en su vida y ministerio la gloria de Dios (Ef. 4:1). Y ¿cómo es es

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