lunes, 12 de agosto de 2019

A todos aquellos que hacen lo malo

Oseas 7.1-7 - Miqueas 7.1.7 – (A todos aquellos que hacen lo malo)


Oseas 7.1-7

1. cuando quiero curar a mi pueblo, a Efraín y a Samaria, salta a la vista su pecado y su maldad. Porque todos practican la mentira; como ladrones, entran en las casas y asaltan a la gente en plena calle.
2. No toman en cuenta que yo recuerdo todas sus maldades. Ahora los acorralan sus propias acciones, que están siempre delante de mis ojos.
3. "Con su maldad y sus mentiras mi pueblo divierte al rey ya los jefes.
4. Todos ellos son adúlteros; son como el horno, que una vez encendido deja el hornero de atizarlo mientras fermenta la masa.
5. En el día de la coronación de nuestro rey, los jefes le hicieron enfermar con el calor del vino. ¡Y él tendió la mano a los que se burlaban!
6. Disponen su corazón para la intriga, como si dispusieran un horno; duerme el hornero toda la noche, pero a la mañana el horno sigue bien encendido.
7. Sí, todos ellos arden como un horno que devoró a sus gobernantes. Todos sus reyes han caído, y no hay ni uno solo que me invoque.

Miqueas 7.1-7

1¡Ay de mí! Soy como el que rebusca después de la cosecha, y ya no encuentra uvas ni higos, esos frutos que querría comer.
2Ya no quedan en el mundo hombres rectos ni fieles a Dios; todos esperan el momento de actuar con violencia; los unos a los otros se ponen trampas.
3Son maestros en hacer lo malo; los funcionarios exigen recompensas, los jueces se dejan sobornar, los poderosos hacen lo que se les antoja y pervierten la ciudad.
4El mejor de ellos es como un espino; el más honrado, como una zarza. Pero viene el día de ajustar las cuentas, el día que te anunció el centinela. Entonces reinará la confusión entre ellos.
5No creas en la palabra de tu prójimo ni confíes en ningún amigo; cuídate aun de lo que hables con tu esposa.
6Porque los hijos tratan con desprecio a los padres, las hijas se rebelan contra las madres, las nueras contra las suegras y los enemigos de cada cual son sus propios parientes.
7Pero yo esperaré en el Señor; pondré mi esperanza en Dios mi salvador, porque él me escuchará.

Respuesta de Dios

En nada sirve la contienda y el conflicto, las divisiones afectan al pueblo, es como meter dos gallos de peleas en una jaula con pollitos. Dios quiere sanar a su pueblo de la peor enfermedad de todo ser humano, que se traduce en los frutos de la carne. Buscad pues perdón autoridad y serás sanado. Si dos personas están enfermas ambas no se podrán ayudar, pero si uno se sana podrá ayudar al otro sanarse.

Mirad que existe un libro de la justicia que luego de ser liberado y sanado y vuelto a la vida, a partir de allí comienza una nueva historia las cuales estarán siendo vistas por los ojos del Señor.

El pueblo hoy en día se ha vuelto como dos púgiles que en el combate están llevando la peor parte, pero que las altas autoridades y la aristocracia se divierte de ellos, pero que una vez culminada la pelea, el derrotado es impulsado por los que se divertían de el o ellos a una nueva contienda. Al final el premio mayor se lo llevan sus apoderados, y estos cuando ya no les sirven los abandonan.

En esta nación hay mucha gente que la vanidad los hace cómplices de otros, una cadena larga de corrupción que terminan deteniendo un bien para todos. Jueces que ya no son jueces porque perdieron la justicia de sus mentes atrapadas por sus propios intereses. Los que creen tener potestades plenas por la autoridad que se les ha dado terminan atrapados en el paganismo más perverso.

Pero ya Dios puso la mirada en ellos, sus vidas están en las manos de Dios, el supremo juez por excelencia. Pero sin confías en mi y te llenas de esperanza en tu Salvador, el te escuchara.

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