Leyenda
del navegante sin cabeza en el Rio Tocuyo.
Por Cruz Otero Duno
Foto José A. Zambrano
En
las inmediaciones de las minas de Riecito, según la leyenda, habitaba un hombre
llamado Tom que vivía de la pesca en el río Tocuyo. Un día el personaje salió
bien temprano a su faena, con tan mala suerte que una pertinaz lluvia caía en
la zona y la corriente lo arrastró, cosa que le produjo la muerte. El hombre no
poseía familiares en Riecito, pero quienes fueron sus amigos salieron en su
búsqueda y no dieron con él.
Pasaron
los días y al disiparse el mal tiempo los amigos resolvieron volver al río.
Para su sorpresa solo veían en medio del caudal, en la canoa que era propiedad
del pescador, a un hombre sin cabeza que insistentemente levantaba los brazos
en solicitud de auxilio. Sin pérdida de tiempo los asustados amigos de Tom
procedieron a cortar unos palos y fabricaron una cruz, la cual fue clavada en
la orilla del río. A partir de ese momento el fantasma navegante se esfumó y
solo el recuerdo de la alucinación quedó en la memoria de aquellos hombres de
buena voluntad.
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