Personajes de Chichiriviche Municipio Iturriza del Estado Falcón
Doctor Lino Arévalo:
Fue hijo de Francisco Arévalo, nació en Chichiriviche estado
Falcón. Tomo sus primeros conocimientos escolares directamente de su padre.
Aquí compartió su niñez con los demás alumnos que asistían a la escuela, más
tarde, cuando fue necesario y conveniente, fue enviado a Cumarebo su pueblo
natal, para que al cuidado de sus tíos, asistiera a colegios de enseñanza
superior, y más tarde será trasladado a Coro donde completa su bachillerato.
Iniciará sus estudios universitarios en la Universidad de los Andes, en Mérida,
y lo culminará en la Universidad Central de Venezuela, donde obtiene el título
de Doctor en Ciencias Médicas, en el mes de junio de 1.939.
Este mismo año, desgraciadamente, meses antes de graduación, el 16
de marzo, muere Dona Carmen, su madre, en la ciudad de Puerto Cabello, noticia
ésta que nos causó a todos profunda consternación (el certificado de defunción
lo firmó el doctor Adolfo Prince Lara).
Muy resentido aún por la muerte de madre, título en mano, el
doctor Lino Arévalo viaja a Coro y se entrevista con su gran amigo personal el
doctor Carlos Diez del Ciervo, quien ejercía para entonces la dirección de la
Sanidad Regional, éste le nombra médico rural de la medicatura de Tucacas, que
era ejercida para entonces por el doctor Juan Bautista Viganoni, de muy
merecida trayectoria y de muy grata recordación.
A los seis años de estadía en el cargo, en 1.946, se inaugura el
primer hospital de Tucacas y el doctor Lino Arévalo es nombrado su Director.
Tanto en Tucacas como en los pueblos circunvecinos amplía sus relaciones con la
comunidad como médico y amigo. La gente
le ha tomado gran afecto por su trato llano y cordial, y la confianza se
acrecienta por sus buenos aciertos y por el interés como se desempeña con sus
pacientes.
Esta entrega de las gentes a sus manos hace que programe y
organice visitas frecuentes a los pueblos vecinos para consultas colectivas.
Recordemos que para esa época no existía vías de comunicación terrestres
confiables. Por acá apenas en verano se podía viajar entre las poblaciones por
los caminos y trochas existentes. La comunicación más expedida era la vía
marítima, pero aún así, muy riesgosa pues se hacía en pequeña lanchas a vela o
en canoas impulsadas a remo. Al doctor Arévalo le tocó vivir en una de estas
tantas travesías una situación donde casi pierde la vida.
La actividad que tomó el doctor Arévalo como director del
hospital, era agotadora. A las consultas ordinarias se le sumaban las
emergencias, muchas de estas hechas a domicilio y en horas nocturnas. En
diversas oportunidades pensó y así lo manifestó retirarse a Barquisimeto, donde
montaría una clínica privada y así laborar con más independencia.
Esta idea se concretó en el año de 1.952, año en que ya había
dejado de existir su padre. Deja definitivamente el cargo de director del
hospital y se retirará a Barquisimeto al ejercicio privado de su profesión al
lado de su esposa Doña Carmen Bello Antich y los siete hijos procreados en
matrimonio.
Ante la inminente ausencia, la municipalidad del Distrito Silva,
le rinde merecido homenaje y le otorga una placa declarándolo “Hijo Esclarecido
del Distrito Silva”.
Clemente
de la Cerda.
Clemente de la Cerda fue uno de los
cineastas venezolanos más prolíferos en cuanto a producción cinematográfica de
la Venezuela contemporánea en el período 1964-1984. En el transcurso de esos 20
años, realizó un promedio de catorce películas entre largos y cortos de las
cuales se destacan Soy un delincuente de
1976, -película que superó en Venezuela la taquilla de la hollywoodense Tiburón de Steven Spielberg-; Reincidente
de 1977; Los Criminales realizada en 1982 y Retén de Catia de 1984. También dirigió en 1979 El crimen del penalista una película basada en el asesinato
del abogado Carmona adjudicado al grupo parapolicial GATO comandado por el
entonces jefe de la PTJ Manuel Molina Gásperi; Compañero de
Viaje, basada en el libro del escritor Orlando Araujo y su última
comedia Agua que no has de beber, también de
1984.
Clemente De la Cerda. Fotografía cortesia de Diana De la Cerda.
Clemente Felipe de La Cerda Martin
nació en Chichiriviche del estado Falcón, el 13 de septiembre de 1935. Su padre
fue un Mexicano que se enamoró de una holandesa en ese pueblito perdido de la
costa y allí se instalaron hasta tener a sus primeros tres hijos de los cuales
Clemente, el más enfermito, era el menor de sus hermanos. Pasaron algunos años
y, un buen día viendo a un muchacho pescando "patarucas" decide que
esa no es la vida que quería vivir, ni para él ni para sus hijos y supo
entonces que tenía que salir de allí. Sus padres se mudan a Puerto Cabello y
nacen sus últimos dos hermanos. Desde Puerto Cabello le es más fácil emprender
su partida y, siendo muy joven, se muda a Caracas instalándose en Propatria.
En esos tiempos frecuenta las zonas
más pobres de las barriadas viendo y sintiendo de cerca la vida marginal a su
alrededor, sus sufrimientos, las injusticias vividas por muchos mientras otros,
más "afortunados", lo hacían de una manera radicalmente diferente. En
el barrio 18 de octubre conoce a José Jiménez. Para José, una cara nueva
aparecía en la padilla; era la de Clemente, el tímido jóven venido de Puerto
Cabello. Hacen sinergia enseguida y juntos se ponen a estudiar en 1962 en el
Instituto Venezolano de Estudios Cinematográficos IVEC, a cargo del actor Luís
Salazar, compartiendo actividades de luchas sindicales y activismo político.
Después pasa ocho meses de su vida dedicados al estudio de teatro en la
Universidad Central de Venezuela con el reconocido profesor Humberto Orsini.
Realiza algunos cursos de Artes Plásticas en la Cristóbal Rojas mientras los
alterna con trabajos en el estudio de televisión Televisa -actual Venevisión-
como técnico y ayudante de cámara. Su esfuerzo se nota enseguida y consigue
escalar posiciones dentro del canal hasta llegar a ser director de programas
musicales y telenovelas como ‘La telenovela criolla' que protagonizó en aquel
momento María Escalona y Américo Montero. Luego la llegada del VTR (Video tape
récord), se abren nuevas perspectivas en la carrera de Clemente de La Cerda
quien opta por dejar de lado la televisión e incursionar en el mundo del cine
haciendo cuñas publicitarias y cortos experimentales.
A finales de los años 50 funda una
pequeña productora -Neocine- con la que comienzan sus arduos intentos de
producir cine nacional al lado del director de fotografía y su gran amigo José
Jiménez; realmente lo que deseaba hacer. Al mismo tiempo, hace vida política de
izquierda y continúa con las cuñas publicitarias e institucionales. Al comienzo
fue muy duro, pero con su insistencia logran mantenerse a flote. Justamente por
esos días, cuenta su amigo José, Clemente ve a un muchacho repartidor de dulces
en plena faena y su ojo no lo engaña. Seguro de que Orlando Zarramera entraba
exactamente en el perfil que buscaba le plantea trabajar con él. Orlando paso a
ser protagonista no sólo de la película más taquillera de Clemente, Soy un delincuente, sino también de sus otras creaciones
cinematográficas que realizó en el transcurso de su corta y prolífera vida.
En 1964, fue contratado para realizar
su primer trabajo cinematográfico Isla de sal, una
película destinada a promocionar los artistas populares Simón Díaz y Lila
Morillo en la que ya desarrollaba una inclinación por reflejar los conflictos y
diferencias existentes entre lo rural y lo urbano; el padecimiento de la clase
menos favorecida quien sufre las injusticias de la vida humana. Ese mismo año
trabaja en Rostro Oculto su primera película como
autor independiente junto al joven actor Miguel Ángel Landa. Buscando aquí y
allá el dinero para lograr su empresa se asocia con el potentado Samuel Roldán
y el escritor y guionista Mauricio Odremán.
En 1974 gana el Premio Municipal por
el cortometraje documental Cahuramanacas, una ciudad
cualquiera de América Latina, permitiéndole que su nombre sea
tomado en cuenta para futuros patrocinios. De La Cerda disuelve Neocine para
establecer una nueva productora que llama Proyecto 13, empresa que recibe un
crédito de gobierno con el que logra desarrollar su más impactante obra.
En
1980 Clemente de La Cerda recibe su segundo Premio Municipal de Cine por la
obra Compañero de Viaje, escrita por Orlando
Araujo y adaptada entre él, Araujo y Rodolfo Santana. A pesar de la condición
paupérrima del cine nacional y la falta de apoyo legal y gubernamental,
existían muchos que con las uñas continuaban con sus sueños. En 1982 dirige Los
criminales, una película basada en una obra de Rodolfo Santana que directa,
precisa e intensamente denuncia las mezquindades de los nuevos ricos
venezolanos a partir del segundo boom petrolero.
Clemente quería llegar a un cine
de gran carácter poético, dimensionar el paisaje venezolano y el paisaje
urbano, nuestro, con fuerza y con una expresión muy elevada.
Clara Viloria
Nació en Chichiriviche (Estado Falcón), en el
año 1936, en el seno de una familia numerosa (tuvo doce hermanos), su madre
creyente se llamaba Petra García de Viloria. Siendo una niña pequeña de apenas
seis años, después de que su mamá realizó el estudio bíblico familiar, al
levantarse de la oración de rodilla, confesó su fe en el Señor Jesucristo.
Desde ese día dio buenos frutos tanto en su casa como fuera de ella.
Siendo todavía muy joven su familia se la
trajo para Caracas y ella se congregó en la asamblea de la Av. Ppal. del
Cementerio. Fue bautizada por don Guillermo Willians. Muchos la recuerdan desde
su juventud como una mujer piadosa y servicial, los ancianos de la asamblea y
siervos del Señor tenían plena confianza en ella para encomiarles cualquier
servicio a los santos.
Trabajó en la escuela dominical instruyendo a los
niños (la Hna. Damaris, la esposa de don Emisael Alvarado fue una de sus
alumnas). Fue ejemplo en su forma de vestir y de hablar, ella manifestó un
espíritu afable y apacible.
Aunque era de poco hablar, por su buen testimonio
llegó a ganar almas para Cristo, uno de ellos destacó por ser un hombre
esforzado en predicar el Evangelio y muy elocuente en la exposición de la
Escritura.
En la Editorial
La Voz en el Desierto, fue un instrumento de Dios de gran
valía, junto a don José Naranjo, don Hildebrando Gil, Juan García, Buenaventura
Torres y otros, se esforzó por años en está noble labor de la publicación de
tratados, el periódico La
Voz en el Desierto, libros (como “El Lugar de su Nombre”) y
diversas revistas de las asambleas.
Fue fiel e irreprensible hasta el final, fueron 76 años dando un olor grato a
su Señor, deja su huella entre sus hermanos y familiares. Ya anciana,
a pesar de que memoria fallaba dio testimonio de no olvidarse nunca de su
Señor. El pasado 2 de Mayo del 2012 partió a la patria celestial... Un
gran legado nos ha dejado...
Julio José Vásquez Carreyo.
Nació en Chichiriviche estado Falcón, el 30 de Julio
de 1928, hijo de Sabino Vásquez y Dolores Carreyo de Vásquez conocida como Mama
Lola y quien fue partera por muchos años en la comunidad. Su infancia
transcurrió bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez y durante la transición de
Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita en un periodo de crisis
política.
Fotografía de Julio Vasquez al lado de señora Madre.
Desde muy temprana edad, la necesidad de la época lo
llevo a trabajar muy duro, primero al lado de su padre, y luego con su madre y
hermanos, siendo muy chico su padre fallece lo que marcaria una nueva etapa y
cambios en su vida. Julio Vásquez, tuvo que afrontar situaciones de trabajos
muy difíciles desde temprana edad como: Cargar agua en burro desde Las Huertas
hasta Marite en Burro, o trasladar agua en canoa desde La Peñita en el Cerro de
Chichiriviche, cultivo la tierra en conucos en el Cerro de Chichiriviche, en
otros momentos se dedicaba a la pesca, en fin fueron varias las facetas que
desarrollo este hombre siendo apenas un niño.
Yo tuve que convertirme en un hombre, a los
siete u ocho años de edad… difícil fue mi niñez, pero felices!!! Todo era sano,
ahora hay más educación y menos valores, los muchachos no respetan, es mas no
imagine a Chichiriviche con esta inseguridad de ahora.
Ya en su Juventud, impulsado por el espíritu de superación
decide entrar en las Fuerzas Armadas y es asignado a Puerto Cabello en la base
Naval de la Armada Nacional donde es entrenado como infante de Marina llegando
a obtener el grado de Sargento. Durante la vida militar, estuvo presente en el
rebelión Civil del Oriente y lo asignan como prefecto temporal en la Isla de
Margarita donde duro por tres meses aproximadamente.
“En ese viaje en Corbeta con rumbo de Puerto
Cabello a Margarita, nos toco la peor tormenta que jamás vi en mi vida… tan
feroz era el vendaval que las olas se tragaban a la embarcación y la Chimenea
de lo roja que esta por lo caliente, cada vez que le caía agua emitía un sonido
tan feo que muchos de los que íbamos en el barco teníamos las pelotas de
corbatas”.
“Estando en Margarita, me aprendí un cuento de
esos orientales que contaba muy a menudo cuando parrandeaba o hacia alguna
celebración en mi casa. Era el cuento de la Cornuda, como gozo la gente el
primer día que la conté, claro el cuento lo perfeccione a mi manera y le cambie
algo”.
“Para mí la milicia me dio las herramientas
necesarias para salir adelante, definitivamente
cambio el rumbo de mi vida”
Durante este tiempo el Sargento Julio Vásquez
adquirió un gran conocimiento y preparación en lo militar y civil que le
servirían años mas tarde. Cumplido con los años del servicio militar, rechaza
diversas propuestas que le ofrecía la Armada Nacional y decide volver a su
pueblo natal y de esta manera seguir apoyando a su señora madre y hermanos. Ya
en Chichiriviche, su condición de marino le permite perfeccionar el arte de la
pesca, oficio que conocía bien gracias a las primeras enseñanzas de su padre
quien era de raíces Orientales. Fue tan bueno como pescador que se gano el
respeto de pescadores de gran prestigio en la zona, una de las actividades de
la pesca que mas desarrollo Julio Vásquez fue la pesca de Tiburones y la pesca
de Sábalo, ambas de manera artesanal.
“Vi como los margariteños y orientales
pescaban tiburones, y me dije así mismo: Si estos carajo pescan tiburones, yo
también lo hago. Pesque tiburones por muchos años, tanto que me canse, y con
los sábalos la parte que mas me gustaba era arponearlos con un arpón de mano
para asegurarlo”.
Ya con madurez y con una preparación adquirida
durante el servicio militar, forma su familia al lado de la Señora Francisca
Isabel Wellman Montañez conocida como Chica Wellman y posteriormente de cazada
como Chica Julio con quien tiene ocho hijos Fernando, Irau (La negra), Julio
(Julito), Yuranzi (La Runga), Milagros, Belkis (La Chicha), José Luis (Guis) y
George (Joje). Queriendo mejorar su condición de vida incursiono como
comerciante fundando una Bodega en Las Huertas donde residían inicialmente y
posteriormente en el poblado de Chichiriviche que recién iniciaba a poblarse
por la emigración de personas que cansados por los esteros e inundaciones
deciden buscar mejor calidad de vida y más tranquilidad. Esta etapa fue de gran
provecho, la situación económica fue tan buena que funda un Bar conocido de
gran prestigio y que se llamo: BAR FLOR DEL CAMPO dándole un prestigio
importante ante la sociedad, y con el bar fundo el primer patio de bolas
criolla de Chichiriviche. Adquirió embarcaciones para la pesca y transporte de
Turistas muy conocidas el famoso Lesgri, Flor del Campo y Siboney los cuales dejo
a cargo de sus hijos menores.
“Mi noviazgo con Chica no fue fácil, sobre
todo con los hermanos… de hecho hasta tuve problemas con uno de ellos, claro…
ya después me la lleve muy bien con toda su familia”
A pesar de tenerlo todo aparentemente, nunca se aparto
de la humildad y se fue metiendo cada vez mas en las luchas sociales,
trabajando con los vecinos y amigos por buscar las soluciones a los problemas
que aquejaban al pueblo, problemas como el agua, la electricidad, las vías de
comunicación, infraestructura, todo esto en medio de crisis políticas que eran
cada vez mas. El país estaba sometido a grandes presiones entre dictaduras,
derrocamientos, transiciones, juntas de gobiernos militares, la democracia, la
pacificación, y los problemas económicos.
“Me recuerdo de aquellas dictaduras de Marcos
Pérez Jiménez, fueron duras pero como hicieron grandes obras de envergaduras y
muy sano. Lo mejor que podías hacer cuando te agarraban pasado las 11 de la
noche en la calle era decir siempre la verdad, para donde ibas y de donde
venias”
“También recuerdo cuando iniciaron las obras
de la construcción de la carretera de Chichiriviche, esa gente tuvo problemas
con los esteros e inundaciones, en una oportunidad las inundaciones acabaron
con un buen tramo, los constructores le colocaron alcantarillas de concreto y
hierro para aliviar los desagüe. Con la carretera de Chichiriviche se inicio
una etapa importantísima, se comenzó a construir la fabrica de cemento, el
tendido eléctrico por el Cerro de Chichiriviche
y prácticamente comenzó a cambiar el pueblo”
Todas estas situaciones llevaron a Julio Vásquez a
incursionar en la política, arraigándose cada día mas a la lucha social y con
el único propósito de buscar mejoras al pueblo de Chichiriviche. El primer
partido en el que milito fue el MEP Movimiento Electoral del Pueblo, siendo
fundador del partido en el pueblo.
Luego paso a las filas de COPEI en donde pasaría la
mayor parte de su vida política al lado de otros dirigentes como: Ernesto
Platt, Francisco Chirinos, Aníbal Cumare, Lilian López, Stalin Riera, Marcos
Rodríguez, Toni Colina, entre otros… Como dirigente y militante de COPEI fue
secretario General, Secretario de Organización, coordinador de centros de
votación y Jefe de campaña de Francisco (Chico El Diablo) Chirinos logrando una
contundente victoria sobre el candidato de Acción Democrática Arnoldo Ruiz y
convirtiéndose en el primer Alcalde del Municipio Monseñor Iturriza. Se postulo
en una sola ocasión como candidato a Concejal en elecciones internas del
partido, sin tener éxito pero firme en todos sus roles y responsabilidades
políticas y sociales.
“En Copei hice casi toda mi vida política
hasta cuando fuimos expulsados por un grupo minoritario que tenían otros planes
y fue allí a principios de los 90 cuando el partido iniciaba fracturas, después
se separo Stalin Riera y fundo a Proyecto Venezuela, lo mismo le paso a los
adecos. Retirado de Copei tomamos la bandera de Convergencia que fundo un
copeyano, ese era Caldera Rafael Caldera y apodaron el chiripero, perdimos las
elecciones municipales con Chico el diablo, nos gano el Tutuy, un hombre con
una habilidad en la política”
“Que alegre era una fiesta en COPEI, algunos
adecos y adecas se dejaban ir, no vez que sabían que eran buenas, allí me
apodaron el tigre, me recuerdo que cuando me tocaba intervenir o brindar un
discurso me colocan la canción del Tigre. Como secretario de organización me
tocaba siempre mantener activo a todo el mundo que militara en Copei, las
mujeres hacían curso de repostería, adornos navideños y crecimiento personal,
por supuesto no faltaba ese espíritu de ayudar a los necesitados y algún o
alguna compañera del partido.”
Fue prefecto y jefe civil de Chichiriviche, durante
su gestión hiso un reparto equitativo de las tierras a las nuevas familias,
finalizo su gestión intachable sin ningún escándalo de corrupción que lo
señalara.
“Como prefecto me dedique a ser justo y recto
en la labor que estaba desempeñando, en una oportunidad tuve problemas con la
familia de un hermano, la cual al conocer que habían faltado su pariente a las
normas legales, no intercedí o alcahueteé tal situación, de allí me gane una
enemiga para toda la vida, pero lo correcto era lo correcto y yo no iba a
manchar mi hoja intachable. Como jefe civil correspondía dar el visto bueno
para otorgarles los terrenos a las familias que deseaban construir sus casas”.
Ya al final de sus años, se retira de toda actividad
política sin dejar de estar informado del desarrollo de la misma y cumpliendo
siempre con el sagrado derecho de votar en los procesos electorales. Al
fallecer su señora esposa victima de la diabetes, se dedica a reformar su hogar
para el alquiler de habitaciones y vivir sus últimos años.
“Voy acomodar mi casa para alquilar unos
cuartos y poder ganarme unos churupos, pues a pesar de estar ya viejo no quiero
estar pidiéndole dinero a otros… puedo seguir manteniéndome sin quitarle medio
a nadie”
Julio Vásquez Carreyo fue uno de esos magallaneros
de escuchar juegos por radio, aun teniendo televisión. Sus últimos años
aquejados por dolores en la rodilla un mal de familia y luego de afectaciones
respiratorias. Murió el 10 de Marzo del 2012, a los 83 años de edad, recordado
por todos por sus alegres parrandas en Diciembre y sus composiciones en
decimas, este gran hombre se marcho al cielo cumpliendo con su misión en la
tierra.
Julio Vásquez Carreyo, representara parte de la identidad del pueblo de
Chichiriviche, el niño trabajador, el militar, el padre, el dirigente social,
el luchador, el pescador, el conuquero, el prefecto, el político, el
comerciante, el parrandero, el cantante, el compadre, el jugador, el
Polifacético Don Julián Vásquez…
Pedro
Rafael Ortega Montañez (PROM)
Nació en Chichiriviche, el 25 de diciembre de
1951 producto de la unión entre Pedro Andrés Ortega y Luisa Elena Montañez de
ortega. Comparte su hogar con sus hermanos: Gladis Elena, Migdalia, Pedro Ramón
(Pichón) y Morelia del valle (Morocha).
Pedro Rafael Ortega Montañez (PROM)
Durante su infancia vivió sumergido en el
paisaje natural marino y costero que luego se reflejará en su obra pictórica
destacándose su visión localista. Desde pequeño manifestó su inclinación hacia
la pintura, utilizaba madera con pintura de aceite y luego empleó el lienzo
para trabajarlo con el oleo.
Pedro Rafael conocido como PROM, realizo
estudios en el Grupo Escolar “Polita D` Lima de Castillo”, allí con su maestra Evelia de Rivero descubre
su talento artístico. También fueron sus maestras: Gladys García, Disnarda
Montañez, Lucila Zambrano y Guadalupe de Vadell.
Recibió una beca para cursar estudios en
Italia durante el gobierno del Dr. Rafael Caldera, quien le dio reconocimiento
a su talento artístico a través de su esposa Alicia Pietri de Caldera, la cual
nunca aprovechó.
Entre sus obras se destaca el cuadro Piedra de
las Morochas, Cayo Muerto, La gaviota, La escuela vieja, Borracho, Golfo de
Guerra y Jarrón Azul. Su gran talento y reconocimiento le permitió que los
propietarios de hoteles y posadas de Chichiriviche, como el Hotel Manaure,
Capri, Marsara y el antiguo hotel La Garza solicitaran de sus servicios para pintar
grandes murales y cuadros. La mayoría de los grandes hoteles del pueblo poseían
obras de prom.
Participó en galerías de Valencia, Maracay y
Barquisimeto, dando a conocer su arte y al pueblo de Chichiriviche. Cuentan
algunos familiares y amigos que PROM comercializo sus pinturas al exterior e
inclusive que existen mas pinturas del pintor en el exterior que en su propio
país.
Para crear espacios de inspiración, el pintor
escuchaba la música del maestro Billos Frometa correspondiente a los años 1970,
que según el artista fue la mejor época de Venezuela. Fue un gran devoto de la
Virgen del Valle y la Virgen del Carmen, su extraordinario talento le valieron
para ser el diseñador de distintas presentaciones de la Virgen del Valle
durante las tradicionales fiestas en su honor. En otra faceta del pintor, tuvo
una de las primeras Miniteca de Chichiriviche con la que amenizo innumerables
fiestas populares y privadas, y en la que nunca faltaba la buena música de
Billos.
Fue el creador del escudo del Municipio Monseñor
Iturriza y del Municipio Silva. Murió en Chichiriviche 29 de Mayo del 2002, a
los 53 años de edad.
cuando llego al Malecón ,
unos miran los turistas
y yo a cayo pelón,
hecho la vista hacia atrás
y me recuerdo del pintor
el que pintaba paisajes
Corocoras y garzón
con colores bermellón
este era el pintor del pueblo
ese era mi amigo PROM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario