Oseas
7.1-7 - Miqueas 7.1.7 – (A todos aquellos que hacen lo malo)
Oseas
7.1-7
1. cuando quiero curar a mi pueblo, a
Efraín y a Samaria, salta a la vista su pecado y su maldad. Porque todos
practican la mentira; como ladrones, entran en las casas y asaltan a la gente
en plena calle.
2. No toman en cuenta que yo recuerdo
todas sus maldades. Ahora los acorralan sus propias acciones, que están siempre
delante de mis ojos.
3. "Con su maldad y sus mentiras
mi pueblo divierte al rey ya los jefes.
4. Todos ellos son adúlteros; son como
el horno, que una vez encendido deja el hornero de atizarlo mientras fermenta
la masa.
5. En el día de la coronación de
nuestro rey, los jefes le hicieron enfermar con el calor del vino. ¡Y él tendió
la mano a los que se burlaban!
6. Disponen su corazón para la
intriga, como si dispusieran un horno; duerme el hornero toda la noche, pero a
la mañana el horno sigue bien encendido.
7. Sí, todos ellos arden como un horno
que devoró a sus gobernantes. Todos sus reyes han caído, y no hay ni uno solo
que me invoque.
Miqueas
7.1-7
1¡Ay
de mí! Soy como el que rebusca después de la cosecha, y ya no encuentra uvas ni
higos, esos frutos que querría comer.
2Ya no quedan en el mundo
hombres rectos ni fieles a Dios; todos esperan el momento de actuar con
violencia; los unos a los otros se ponen trampas.
3Son maestros en hacer lo
malo; los funcionarios exigen recompensas, los jueces se dejan sobornar, los
poderosos hacen lo que se les antoja y pervierten la ciudad.
4El mejor de ellos es
como un espino; el más honrado, como una zarza. Pero viene el día de ajustar
las cuentas, el día que te anunció el centinela. Entonces reinará la confusión
entre ellos.
5No creas en la palabra
de tu prójimo ni confíes en ningún amigo; cuídate aun de lo que hables con tu
esposa.
6Porque los hijos tratan
con desprecio a los padres, las hijas se rebelan contra las madres, las nueras
contra las suegras y los enemigos de cada cual son sus propios parientes.
7Pero yo esperaré en el
Señor; pondré mi esperanza en Dios mi salvador, porque él me escuchará.
Respuesta
de Dios
En nada sirve la
contienda y el conflicto, las divisiones afectan al pueblo, es como meter dos
gallos de peleas en una jaula con pollitos. Dios quiere sanar a su pueblo de la
peor enfermedad de todo ser humano, que se traduce en los frutos de la carne. Buscad
pues perdón autoridad y serás sanado. Si dos personas están enfermas ambas no
se podrán ayudar, pero si uno se sana podrá ayudar al otro sanarse.
Mirad que existe
un libro de la justicia que luego de ser liberado y sanado y vuelto a la vida,
a partir de allí comienza una nueva historia las cuales estarán siendo vistas
por los ojos del Señor.
El pueblo hoy en
día se ha vuelto como dos púgiles que en el combate están llevando la peor
parte, pero que las altas autoridades y la aristocracia se divierte de ellos,
pero que una vez culminada la pelea, el derrotado es impulsado por los que se
divertían de el o ellos a una nueva contienda. Al final el premio mayor se lo
llevan sus apoderados, y estos cuando ya no les sirven los abandonan.
En esta nación hay
mucha gente que la vanidad los hace cómplices de otros, una cadena larga de
corrupción que terminan deteniendo un bien para todos. Jueces que ya no son
jueces porque perdieron la justicia de sus mentes atrapadas por sus propios
intereses. Los que creen tener potestades plenas por la autoridad que se les ha
dado terminan atrapados en el paganismo más perverso.
Pero ya Dios
puso la mirada en ellos, sus vidas están en las manos de Dios, el supremo juez
por excelencia. Pero sin confías en mi y te llenas de esperanza en tu Salvador,
el te escuchara.